En la mañana de ayer domingo, feligreses de las parroquias Nuestra Señora del Rosario de Luque y Sagrado Corazón de Jesús de Mariano Roque Alonso llegaron hasta el campamento “Divino Niño” en Atyrá para ser testigos del compromiso más atípico para la época.

Un total de 51 creyentes de 12 a 26 años prometieron ante la asamblea cristiana permanecer vírgenes y castos hasta el matrimonio y, como símbolo de esta promesa de amor, cada uno de ellos recibió una alianza del Divino Niño, que fue entregada por los sacerdotes. Al inicio de la eucaristía, los jóvenes entregaron en el altar una rosa blanca como ofrenda de pureza.

Zacarías Martínez, actual cura párroco de Mariano Roque Alonso, es el fundador de Vicajema en el 2012, cuando aún formaba parte del equipo sacerdotal de Luque. Ayer estuvo presente en la misa y fue ovacionado, como muestra del gran afecto que la congregación luqueña le tiene.

“Una madrugada sueño con pedirle virginidad a los jóvenes. No se cómo fue; creo que me puse todo colorado. Fue una cosa rara pedir, y una chica me dice: ‘A mí me gusta, y estoy dispuesta a seguir’. Así comenzamos con una, y luego fueron 68 jóvenes, y ahora también ya tenemos grupos en Mariano Roque Alonso y otras ciudades”, indicó el sacerdote sobre su “idea loca”, como muchos indicaron hace 5 años.

Agregó, que todo no es más que una educación familiar, en que los padres deberían de enseñar a sus hijos a permanecer en un noviazgo sano y santo, con el objetivo de evitar embarazos no deseados, posibles abortos, infidelidades, además del contagio de enfermedades de transmisión sexual. “El sexo más seguro es la virginidad”, enfatizó Martínez.

Por su parte, el cura rector del santuario de Luque, Richard Noguera, dijo en su homilía que lo primero que escucharán los jóvenes será “no sean tontos, las castidad ya no es de este mundo”, y los instó a seguir a pesar de eso.

Noviazgo santo

María Betania Rodas Ávalos (19) y Lucas Adrián Martínez Rivas (23) son novios hace nueve meses y, como muchos adolescentes, decidieron formar parte de Vicajema.

“Así como quiero un noviazgo santo, también quiero un matrimonio santo, y deseo que Dios pueda bendecir eso desde el inicio. No es un camino fácil”, señaló Lucas, tomado de la mano de Betania.

Los jóvenes tienen una preparación durante nueve meses, donde son acompañados y asesorados por sacerdotes, por integrantes de la Pastoral Juvenil y por matrimonios. Mons. Zacarías señaló que establecieron como base la integración de niños de 12 años, debido a los muchos casos de embarazos que se dieron incluso a los 10 años. Luego de la promesa hecha, los juveniles siguen recibiendo el asesoramiento de los coordinadores.