Ante una masiva concurrencia de fieles, el obispo exhortó a no perder la esperanza en estos tiempos de crisis. Dijo que la Inmaculada es "signo de consuelo y aliento"
En el marco de la celebración del Día de la Inmaculada Concepción, patrona de Río Cuarto, el obispo Adolfo Uriona pidió por la unión de los argentinos, en este contexto actual de crisis.
Ante muchísimos fieles, monseñor Uriona dijo lo siguiente:
- “Queridos hermanos: con gran alegría estamos celebrando la fiesta de la Inmaculada Concepción, patrona de la ciudad de Río Cuarto y de toda la diócesis”.
- “Lo hacemos mientras transitamos el camino sinodal propuesto por el papa Francisco y el Año de Juventudes que hemos comenzado en Tegua el pasado mes de octubre. Ambos eventos guían nuestro caminar pastoral en nuestra Iglesia particular”.
- “Podemos preguntarnos: ¿qué significa esta celebración mariana?”.
- “Al celebrar a la Inmaculada reconocemos que María Santísima ‘fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original desde el primer instante de la concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús salvador del género humano’, como reza el dogma proclamado por el papa Pío IX”.
- “La Virgen María es la persona a la que Dios mismo adornó con la belleza más grande: la de ser Inmaculada, es decir haber sido colmada por la Gracia de Dios. En su Providencia el Hacedor de todas las cosas dispuso que una mujer, limpia de todo pecado, lo acogiese en este mundo y le diese un rostro humano. Por eso es la ‘llena de gracia’, la que vive la mayor plenitud que una persona pueda tener”.
- “Pero también esta solemnidad nos hace tomar conciencia que la humanidad está marcada por el pecado desde su inicio. La primera lectura tomada del libro del Génesis no es de fácil interpretación y sólo a lo largo del tiempo ha sido posible desarrollar una comprensión más profunda de lo que allí se refiere”.
- “Se predice que durante toda la historia continuará la lucha entre el hombre y la serpiente, es decir, entre el hombre y las fuerzas del mal y de la muerte. Pero también se anuncia que ‘el linaje’ de la mujer un día vencerá y aplastará la cabeza de la serpiente y así, mediante el hombre, Dios vencerá. Si en espíritu de humildad y oración nos ponemos a la escucha de este texto, entonces podremos comenzar a comprender qué es el pecado original, el pecado que todos heredamos, y también cuál es la defensa contra este pecado, que es la redención del Hijo de Dios”.
- “El hombre, tentado por las palabras de la serpiente, abriga la sospecha de que Dios, en definitiva, le quita algo de su vida y que sólo seremos plenamente seres humanos cuando lo dejemos de lado; es decir, que sólo de este modo podemos realizar plenamente nuestra libertad”.
- “El hombre no quiere recibir de Dios su existencia y la plenitud de su vida. No le interesa contar con su amor que no le parece importante sino que sólo busca tener el poder con el que quiere dirigir de modo autónomo su vida. Al hacer esto, se deja engañar por la mentira y así se hunde con su vida en el vacío, en el sinsentido y en la muerte”.
- “Pero el Amor de Dios no es dependencia, sino don que nos hace vivir plenamente. Si vivimos contra el amor y contra la verdad -contra Dios-, entonces nos destruimos recíprocamente y destruimos el mundo. Así no encontramos la vida, sino la muerte. Todo esto está relatado, de manera metafórica, en la historia de la caída original y de la expulsión del hombre del Paraíso terrestre”.
- “Si reflexionamos sinceramente sobre nosotros mismos, debemos decir que con este relato no sólo se describe la historia del inicio, sino también la historia de todos los tiempos, y que todos llevamos dentro de nosotros una gota del veneno de ese modo de pensar reflejado en las imágenes del libro del Génesis. Esta gota de veneno la llamamos pecado original”.
- “En el Día de la Inmaculada debemos aprender más bien esto: el hombre que se abandona totalmente en las manos de Dios no pierde su libertad;por el contrario, el que lo hace desde la fe, encuentra la auténtica y verdadera libertad que nos impulsa al bien”.
- “El hombre que se dirige hacia Dios llega a ser verdaderamente él mismo y sólo entonces su corazón se despierta verdaderamente transformándose en una persona sensible, benévola y abierta”.
- “Reconocemos en María, una joven sencilla de pueblo, las maravillas que hace Dios con la criatura humana y la victoria que alcanza el ser humano cuando se pone en manos del Señor. En Ella y a través de Ella la humanidad descubre cómo Dios nos manifiesta su misericordia y su fidelidad. Su sí al ángel posibilitó que se realizara el plan de salvación que Dios había proyectado desde toda la eternidad para la humanidad que le había dado la espalda”.
- “El hecho de que la Inmaculada está totalmente en Dios es la razón por la que está también tan cerca de nosotros. Por eso puede ser la Madre de todo consuelo y de toda ayuda, una Madre a la que todos, en cualquier necesidad, podemos dirigirnos desde nuestra debilidad y pecado, porque ella lo comprende todo. Así, María está ante nosotros como signo de consuelo, de aliento y de esperanza”.
- “Ella se dirige a toda persona, en especial a los jóvenes, y le dice: ‘Acercate a Dios. Probá. No tengas miedo de él. Tené la valentía de arriesgar con la fe; atrévete a ser bueno de corazón. Comprometete con Dios y entonces verás que precisamente así tu vida se ensancha y se ilumina, y no resulta aburrida, sino llena de infinitas sorpresas, porque la bondad infinita de Dios no se agota jamás…’”.
“En este día de fiesta queremos dar gracias al Señor por el gran signo de su bondad que nos dio en María, su Madre Inmaculada. Queremos implorarle que, en nuestro camino diocesano, sea una luz que nos aliente a vivir nuestra fe con esperanza. Así sea”.
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