La imagen estuvo en las islas en 1982 y acompañó a los soldados, quedó en manos inglesas y hace tres años volvió a Argentina. Ahora recorre el país y por primera vez la provincia
La imagen de la Virgen de Luján que estuvo en las Islas Malvinas durante la guerra de hace 40 años fue honrada ayer en la capilla Stella Maris, de Posadas, en una celebración religiosa de la que fueron parte ex combatientes, familiares de caídos y personal de las fuerzas armadas y de seguridad.
Se trata de una figura que llegó a las islas el 9 de abril de 1982, una semana después de haber comenzado el conflicto con Inglaterra.
Días más tarde, el 8 de mayo se realizó una misa y una procesión en su honor y a partir de ese momento permaneció en la capilla local de Saint Mary, hasta la finalización de la guerra y luego no se tuvo más contacto con ella.
Recién en 2019, en un artículo de la Gaceta Malvinense, un médico y soldado inglés contó sobre la existencia de la imagen y afirmó que estaba en una catedral británica.
En ese entonces, dejó en claro que existía la posibilidad de ser restituida si así se lo pedían desde Argentina.
Habían pasado 37 años y el repatriamiento de la Virgen estaba en marcha. Toda la gestión estuvo a cargo de un grupo laico llamado La Fe de Centurión.
Para que en Inglaterra no se queden sin la figura se acordó la entrega de una nueva imagen. Por medio de la Secretaría de Estado Vaticana en conjunto con referentes religiosos de ambos países, en noviembre del 2019 la Virgen retornó a suelo argentino.
Fue recibida en la Basílica de Luján, donde se realizó una multitudinaria misa de Acción de Gracias presidida por el obispo castrense monseñor Santiago Olivera y la predicación del presbítero Vicente Martínez Torrens, quien fue capellán militar en Malvinas durante la guerra.
Este año, en el marco del 40° aniversario de la guerra de Malvinas, la Virgen de Luján comenzó a recorrer varias localidades argentinas.
En ese mismo marco, llegó días atrás a la tierra colorada y ya visitó la ciudad de Puerto Iguazú, Bernardo de Irigoyen y ayer estuvo en la misa de Posadas.
La ceremonia religiosa comenzó a las 9 de la mañana en un marco de emoción y respeto. Fueron los integrantes del Ejército y la Gendarmería Nacional quienes se encargaron de portarla tanto en el ingreso como en el egreso.
Durante el acto, se entonaron cánticos cristianos y el sacerdote de la parroquia San Roque, Pedro Germán Ferrari, estuvo a cargo de las palabras y de la coordinación del evento. También se sumaron imágenes alusivas a la época en una pantalla gigante.
Entre quienes tomaron la palabra habló el hermano de un combatiente fallecido en la Guerra de Malvinas.
Con nostalgia y emoción expresó que su hermano le enviaba cartas a la familia y a la novia. Allí enfatizaba en la confianza que tenían en Dios y en la Virgen y en el pedido de que recen por ellos.
El clima fue emotivo y nostálgico y varios de los excombatientes presentes explicaron el significado de la presencia de la imagen en Misiones. Según expresaron, les brindaba una sensación de esperanza de encontrarse en el más allá y de acercamiento con aquellos compañeros caídos, que estuvieron cerca de ella también. La imagen seguirá su recorrido y visitará a Apóstoles durante la jornada de hoy.
Testimonios de excombatientes
Entre los presentes se encontraban aquellos héroes que hace 40 años le pusieron el cuerpo en un conflicto cruel y frío y sus familiares. Tal es el caso de Fernando Estévez, hermano del teniente Roberto Estévez, fallecido el 28 de mayo de 1982.
“Falleció durante el combate de Darwin dirigiendo un contraataque que le habían ordenado, porque los ingleses avanzaban poniendo su fuerza y su cuerpo ante paracaidistas, perdió la vida y hoy sus restos yacen en aquella isla”, comentó.
El héroe de Malvinas sirvió la patria hasta su último aliento y la Virgen que estuvo con él también llegó cuatro décadas más tarde a su tierra natal.
“Creo que es un regalo de ella que hoy pueda venir a Misiones después de haber acompañado a mi hermano. Eso me trae cercanía a todos los que estuvieron allá luchando por el país. Tanto los que quedaron como los que volvieron para recordarlos con nostalgia”, dijo Estévez.
En esa misma línea, luego del acto religioso, el suboficial mayor de la Gendarmería Nacional Miguel Angel Encina hizo referencia a su experiencia.
“Tuve la suerte y el honor de irme y participar de la guerra, en ese momento era un gendarme muy joven. Cuando estaba en Comodoro Rivadavia, días previos al conflicto, un capellán castrense me entregó un rosario. El requisito era que lo cuide porque me iba a ayudar a volver sano y salvo y así fue. Hoy hace 40 años que estoy con el rosario que me protegió y me sigue protegiendo”, expresó con mucha emoción, mientras dejaba caer unas lágrimas en su rostro.
Actualmente Encina vive en Ituzaingó, Corrientes, y según contó el contacto con la Virgen le trajo muchos recuerdos de compañeros que quedaron en las gélidas islas.
En ese sentido agregó que la llegada de la imagen religiosa seguirá recordando que muchos yacen en esas tierras usurpadas por ingleses.
Además añadió que esto sirve como reclamo y “una lucha que debe seguir porque las Islas Malvinas son argentinas”.
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