Los miembros de la Conferencia Venezolana de Religiosos y Religiosas (CONVER) se reunieron en Asamblea Extraordinaria el pasado sábado 21 de noviembre de 2020 y mandaron un mensaje de “fe, esperanza y solidaridad” a todos los “hijos amados de Dios” que viven en el país.

Tal y como explican en una nota, los religiosos han querido hacer llegar este anuncio “inspirados por la vocación profética nacida de la mirada amorosa de Dios Padre” y bajo el lema “Amor misericordioso con el prójimo”, el mismo que les “ha llevado a entregar” sus vidas “en distintos lugares de esta Tierra de Gracia”, a través de un “apostolado que nos acerca al mundo del dolor y del sufrimiento”.

“Desesperanza” por la mala política

La nota señala cómo este amor les ha impulsado a solidarizarse con el pueblo venezolano que “sufre las consecuencias” de la mala gestión social de la política del país, que ha generado “hambre, desnutrición, miseria y pobreza, represión, persecución a quienes disienten, un salario paupérrimo, falta de medicinas, inflación desbordada, abusos de autoridad, corrupción, escasez grave de gasolina, gas, agua, electricidad, maltrato a los adultos mayores” y demás “males que son una auténtica pandemia”.

Una situación que los obispos han denunciado “con firmeza en sus comunicados” y a la que se suman las últimas “calamidades naturales” producto de lluvias devastadoras de los escasos bienes de “nuestros hermanos más pobres”.

El régimen político, apunta el comunicado, “sigue aniquilando las libertades individuales y sociales, lo quiere hacer todo y no hace nada para solucionar tantos problemas; dueño de todo e ineficaz en todo, conduciendo al país a una debacle sin límites”.

En la misma línea, los religiosos indican el país está cayendo en “la tentación de la desesperanza ante esta dolorosa situación, pensando que Dios está lejano, callado y oculto”, pero afirman que “Él sigue siendo el Enmanuel, el Dios con nosotros”, que actúa y puede verse en “innumerables gestos de solidaridad” que transforman las necesidades en “vida, paz, salud y comunión”.

Solidaridad frente a la COVID-19

Del mismo modo, CONVER expresa su necesidad de compartir “los sentimientos con tantos hermanos” que han sufrido la pandemia y el confinamiento. Especialmente reconocen el trabajo del personal sanitario que día a día da “lo mejor de sí con profesionalismo y vocación auténtica para atender a los enfermos”.

Asimismo, los religiosos dedican su oración a los que no han superado la enfermedad del coronavirus y “están gozando de la paz eterna” y han mostrado su “sincera expresión de solidaridad fraterna” con los familiares: “Como consagradas y consagrados, estamos en la mejor disposición de acompañarlos, apoyados en el Amor misericordioso del Corazón de Jesús, de llevarles una voz esperanzadora, y sientan que, no están solos ni abandonados”.

Compromiso y regocijo

Por eso reafirman su compromiso de hacer de cada comunidad un “hospital de campaña”, seguir predicando el Reino de Dios, asistir a los más necesitados, mostrar el “rostro misericordioso de Cristo”, animar la vida consagrada, sumarse a las enseñanzas del Papa Francisco, unir fuerzas con el laicado en la misión humanitaria “difícil” y fortalecer la labor pastoral.

Han aprovechado también para manifestar su “inmensa alegría” por la próxima beatificación del doctor José Gregorio Hernández, “testimonio de entrega y servicio para los venezolanos y, especialmente, para nosotros los consagrados”. “Venezuela no deja de ser una tierra bendita de santidad”, explican.

Por último, han hecho súplica a Dios, “dador de todos los dones”, para que se tome conciencia de la “terrible situación que viven los habitantes de esta tierra bendecida con tantas riquezas” y sus decisiones no tornen en favor de “intereses particulares sino de esta sufrida patria venezolana”.