Son las primeras causas que se promovieron en el tribunal que fue creado este año en la provincia por Monseñor Alfonso Delgado, luego de la reforma a la Ley de Procedimiento Canónico, realizada por el Papa Francisco en 2015.
Veinte procesos de nulidad matrimonial se han iniciado en San Juan, luego de que en marzo pasado comenzó a funcionar en la provincia el tribunal eclesiástico que se encarga de dictaminar sobre dichos pedidos de nulidad.
“Lo que antes de daba en un año, ahora se ha iniciado en un par de meses”, afirmó el padre David Gómez, vicario judicial del tribunal que funciona en la provincia y que fue creado por Monseñor Delgado a principios de este año.
Dicho proceso de nulidad matrimonial es totalmente diferente e independiente del divorcio, que se interpone ante los tribunales civiles.
“La nulidad matrimonial no es una oficina abierta para que cualquier persona venga a pedir la anulación de su vínculo, no es para quiénes han fracasado en el matrimonio, es para aquellos que tienen la convicción que su matrimonio no fue nunca válido, que el consentimiento dado en el Iglesia ante Dios para contraer matrimonio no fue dado con libertad”, aclaró el sacerdote.
“No es un juicio contencioso entre dos personas que se acusan mutuamente, no es un hombre que acusa a un mujer o viceversa para obtener una nulidad, al único que se acusa es al matrimonio, el que se sienta en el banquillo de los acusados es la unión matrimonial y la validez de esa unión matrimonial, más concretamente la validez de ese libre consentimiento que se dio ante Dios”, añadió.
El vicario señaló que “no se puede invocar cualquier motivo para pedir la nulidad, el tribunal estudia el tema con mucha profundidad, desde la condición psíquica, espiritual de una persona, el ambiente social y económico en el que vivía, podríamos decir que se estudia la biografía del matrimonio, se estudia desde que se conocieron y cómo se conocieron”.
El sacerdote indicó que el tribunal actualmente “está terminando las causas que se iniciaron ante el tribunal de Mendoza y que se trajeron a principios de este año cuando fue creado el tribunal en San Juan, y ahora empezará a estudiar las veinte causas que se iniciaron”.
Historia del tribunal de San Juan
A mediados del año pasado, el Papa Francisco dio a conocer una reforma a la Ley de Procedimiento Canónico en materia matrimonial, norma que comenzó a regir el 8 de diciembre de 2015.
“El Santo Padre, a través de un instrumento legal denominado Motu Propio, modifica el proceso de nulidad matrimonial con el objetivo de darle mayor celeridad y también para que sea más económico.El Papa modifica solamente la parte procesal, no lo sustancial”, manifestó el padre Gómez.
Dicho proceso existió siempre en la Iglesia, pero antes de la decisión de Francisco, los juicios tenían un promedio de duración entre cuatro y cinco años, incluso hubo procesos que demoraron entre 9 y 13 años, esta demora originó que muchos personas abandonaran el juicio.
“El proceso, a partir de la aplicación jurídica de este instrumento, se hizo más breve y más económico para las partes, anteriormente en el ámbito del tribunal era bastante caro, solamente accedían aquellos que lo podían pagar, a partir de ahora las tasas del tribunal son gratuitas”, añadió.
El vicario dijo que el Papa “pidió a todas las diócesis del mundo que tuvieran un tribunal. Monseñor Alfonso Delgado, fue uno de los primeros obispos en el país que acató el pedido y tomó la decisión de abrir el tribunal en la provincia, algo que ocurrió el 19 marzo de este año”.
Hasta ese momento, San Juan no tenía un tribunal, solamente
contaba con una Comisión Judicial que dependía del tribunal con sede en Mendoza, que se encargaba además de los procesos que se iniciaban en San Luis, San Rafael y La Rioja.
“Antes de poner en funcionamiento el tribunal, entre diciembre de 2015 y marzo de este año se trasladaron todas las causas cuya jurisdicción le correspondía a San Juan y que se estaban tramitando en Mendoza. Habían unas 26 causas, de las cuales trajimos 17, dejando las que estaban más avanzadas para que el tribunal de Mendoza dictara la sentencia, de lo contrario se retrasaba el proceso”, recalcó.
“Una de las grandes dificultades que existen en nuestro país para abrir estos tribunales es contar con sacerdotes que tengan formación en materia de Derecho Eclesiástico, hay un montón de abogados pero en el ámbito civil”, dijo Gómez.
Pasos para iniciar la nulidad
-El interesado o la interesada debe consultar con su párroco, quien debe discernir si corresponde elevarlo al Tribunal, con parámetros objetivos. Esto se hace para no generar falsas expectativas en el interesado.
-Si el párroco entiende que puede existir una causal, lo elevará al Tribunal, quien le indicará al interesado los abogados que pueden asesorarlo. Se trata de letrados con formación en Derecho Matrimonial Eclesiástico autorizados por el obispo para intervenir en estas causas. Actualmente en San Juan son cuatro los profesionales autorizados, y dos, pronto a ser incorporados.
-El proceso, si bien es muy díficil especificar un tiempo, tendría una duración aproximada de un año. Tiene distintas etapas como la admisión del caso, la instrucción, la fase de pruebas con instancias documentales, testimoniales y periciales, y la sentencia.
-Antes el proceso matrimonial necesitaba dos sentencias conformes, una afirmativa de una primera instancia y otra en el mismo sentido de una segunda instancia. En caso de que una fuera afirmativa y la otra negativa, tenía que ir a una tercera instancia en Roma. Ahora, con lo resuelto por el Papa, basta con la sentencia que emite la primera instancia, pero existe la segunda instancia en grado de apelación. La apelación debe estar muy bien fundamentada. El tribunal de apelación es el que tiene sede en Mendoza, quien resuelve la cuestión en un breve plazo, no más de un mes. “Con dicha modificación, el Papa pretendió darle mayor celeridad al proceso”, expresó el padre Gómez.
-Si el interesado abandona el proceso, éste caduca, pero luego puede volver a iniciarlo. Las causas jamás prescriben.
-Hay excepciones en donde el tribunal lo conforma un solo juez. Por ejemplo en aquellas diócesis en donde no hay sacerdotes especializados en la materia, y también, hay casos en donde el Papa le solicita al Obispo que sea el encargado de resolver el proceso, son los denominados procesos brevísimos (donde son evidentes las causales de nulidad), que no duran más de dos meses.
-Las decisiones del tribunal son colegiadas, cada uno de los jueces emite su opinión.
Ejemplos
“Los ejemplos dependen de cada época”, señaló el padre Gómez.” Por ejemplo una mujer se casa presionada por sus padres para que contraiga matrimonio con un determinado hombre, porque tiene una buena condición social, etc; Si alguien se casó por miedo, coacción o sin libertad suficiente; Si alguno de los contrayentes carecía de suficiente uso de razón; Si uno de los cónyuges se ha casado por la Iglesia teniendo todavía otro vínculo matrimonial vigente”, expresó el vicario.
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