Lo hizo el secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, Guzmán Carriquiry. “Necesitamos grandes consensos nacionales y populares”, sostuvo. En tanto, el embajador argentino ante la Santa Sede estimó que la religión puede ser factor de concordia.
El secretario de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), el laico uruguayo Guzmán Carriquiry, reclamó diálogo auténtico para afrontar los graves problemas que afectan a la región, durante una mesa redonda sobre “Pluralismo religioso y cultural en América Latina: retos y oportunidades” en la sede de ese organismo vaticano.
Carriquiry comenzó refiriéndose al Mercosur que, en su opinión, necesita ser repensado, reestructurado y relanzado, a fin de lograr “una mayor integración con la Alianza para el Pacífico, México y América Central y una razonable y beneficiosa apertura y cooperación con los más diversos mercados del mundo entero”.
Tras aludir a los dos fenómenos contemporáneos que cuentan con fuertes influjos en el desarrollo de un mayor pluralismo cultural en América Latina, como lo son las migraciones religiosas y la globalización, se refirió a dos planteamientos típicos del pontificado de Francisco tales como: la cultura del encuentro y el mestizaje.
El laico más encumbrado en la Santa Sede concluyó preguntándose si en América Latina seremos capaces de afrontar los problemas y desafíos que se nos presentan polarizados, divididos, fragmentados y sin rumbos ciertos.
De donde dedujo que “por cierto, necesitamos grandes consensos nacionales y populares en pos del bien común para poder encaminarnos hacia un futuro de esperanza”.
En tanto, el embajador de Argentina ante la Santa Sede, Rogelio Pfirter, defendió que “la religión puede jugar un papel de diálogo que ayude a retomar el camino de la concordia” en América Latina, sobre todo en aquellos países en los que se producen conflictos de naturaleza política y socioeconómica.
La Embajada Argentina ante la Santa Sede, en el marco de la Presidencia Argentina del Mercosur, y la Pontificia Comisión para América Latina organizaron la mesa redonda con la finalidad de “reflexionar y deliberar sobre los retos y oportunidades que plantea el pluralismo religioso y cultural para la Iglesia Católica y para los Estados latinoamericanos”.
En ese contexto, se recordó el discurso a los miembros del Pontificio Colegio Pío Latinoamericano de Roma , del 15 de noviembre de 2018, en el que el papa Francisco se refirió a la fragmentación cultural, la polarización del entramado social y la pérdida de raíces que se está viviendo en Latinoamérica haciendo referencia también a los "modelos culturales que poco o nada tienen que ver con nuestra historia e identidad y que, lejos de mestizarse en nuevas síntesis como en el pasado, terminan desarraigando a nuestras culturas de sus más ricas y autóctonas tradiciones".
Tras las palabras introductorias del embajador argentino, Rogelio Pfirter, y de la alocución Carriquiry, siguieron una serie de intervenciones de diversos embajadores y representantes de embajadas latinoamericanas acreditadas ante la Santa Sede, profundizando sobre las realidades propias de sus países y de lo común que les permite mirar hacia adelante.
En las diferentes intervenciones que se pronunciaron en la conferencia, se lamentó el uso político que en algunos países se está haciendo de la religión, sirviéndose de ella para fines electoralistas y partidistas. Se señaló también que el pluralismo religioso no debe ser motivo de división, sino de unidad y se subrayó la necesidad de que, en este contexto de pluralismo religioso, se refuerza la libertad religiosa.
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