La misa de cierre fue presidida por el obispo auxiliar, Mons. Federico Wechsung, quien agradeció a los jóvenes misioneros por el "alentador testimonio de alegre y generosa entrega".
El obispo auxiliar de La Plata, monseñor Federico Wechsung, presidió la misa de cierre de la Misión Juvenil Arquidiocesana 2024, que se celebró en la parroquia San Luis Gonzaga, de Villa Elisa.
Concelebraron la Eucaristía el párroco, Marcelo Cerniato; el vicario parroquial, presbítero Juan Francisco Pappalardo; el asesor arquidiocesano de la Pastoral Juvenil, presbítero Emiliano Cháves; el asesor de la Pastoral Universitaria, presbítero Matías Villarreal; y el presbítero Lucas Torres Lombardo, vicario parroquial de Cristo Rey.
Participaron también el diácono Ariel Ferrari, el seminarista Nahuel Mora -quien está realizando su etapa de apostolado en esa comunidad parroquial- y otros numerosos seminaristas platenses, junto con religiosas, religiosos, dirigentes y miembros de grupos, instituciones, movimientos y parroquias.
Durante una semana, unos 300 jóvenes misionaron por cuatro diferentes zonas de la jurisdicción, llevando alegría, esperanza, actitud de escucha y claras muestras de servicio al prójimo. También vivieron días de reflexión, cantos, juegos y diversas actividades interactivas, profundizando aún más el conocimiento entre sí y forjando nuevos vínculos, con el objetivo de seguir fortaleciendo su espíritu misionero para una mejor tarea evangelizadora.
Por medio de sus palabras, dedicadas a los jóvenes presentes, que con gran entusiasmo y compromiso participaron de la misión estos días, el obispo auxiliar les agradeció a todos ellos el alentador testimonio de alegre y generosa entrega.
Asimismo, al invocar la intercesión del beato Eduardo Pironio, destacó su ejemplaridad y enseñanza “como una actual y valiosa orientación para la misión", a la vez que citó algunas de sus más destacadas recomendaciones: ‘Sean testigos de esperanza, no profetas de calamidades; ciertamente el momento que vivimos es difícil, pero está lleno de la presencia del Señor Resucitado y de la potencia transformadora del Espíritu’”.
Al meditar sobre el Evangelio y sobre la exhortación apostólica Evangelii Gaudium del Papa Francisco, el obispo auxiliar expresó que el Señor “nos ofrece un modelo misionero que achica distancias, que sale al encuentro y que nos recuerda cómo y dónde nos quiere el Señor. Nos quiere como sus instrumentos que salen de la comodidad, para llegar cada vez más cerca de su pueblo amado. Nos quiere, como Él con la suegra de Simón, acercándonos, tomando de la mano y levantando a nuestros hermanos de la fiebre de la desesperanza que paraliza. Nos quiere discípulos misioneros, que se nutren de la oración que ilumina, fortalece y anima a la misión. Así, Jesús nos toma del pueblo y nos envía al pueblo, recordándonos que nuestra identidad no se comprende sin esta pertenencia, que nos resulta indisociable en la labor misionera: somos Pueblo de Dios”.
Finalmente, monseñor Wechsung impartió la bendición final y lo hizo también en nombre del arzobispo Gabriel Mestre y de los otros dos obispos auxiliares, monseñor Jorge González y monseñor Alberto Bochatey OSA.
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