“Tengo 28 años, estoy casado con Ro, soy papá de Salvador, micro emprendedor, joven de la EdC y desde hace 3 años soy funcionario público en la Municipalidad de San Nicolás, cuando me dijeron ‘tenés que armar un Polo Industrial’.

Más o menos así comenzó la presentación deFrancisco Buchara en el Encuentro Nacional de Pastorales Universitarias (ENAPU) “de la universidad al mundo” que tuvo cita en la Facultad de Ciencias Económicas de Rosario (UNR), ante 70 jóvenes de todo el país, futuros egresados de diferentes carreras.

Lo del Polo ya es un hecho, y por eso Fran fue nombrado Secretario de Desarrollo Productivo.

Había comenzado la reunión la decana, licenciada Adriana Racca con una ágil y práctica exposición, más abierta a las preguntas de los jóvenes, que a teorizar sobre “¿Poder: en manos de quién y para qué? Paradigma actual, relación entre crisis ecológica y social”. A Fran le vino como anillo al dedo, porque la simplicidad de la decana hizo más amena la charla.

Luego disparó, “¿pero qué es la edc?. Es algo muy grande -dijo- es el Evangelio llevado al mundo de las empresas” y partir de algunos comentarios, como por ejemplo de que son empresas de un solo tiempo (como le gusta decir a Bettina, una amiga empresaria de la EdC) derivó la explicación de los tres pilares de los que habla Cristina Calvo: las EMPRESAS (más de 800 en el mundo), los POLOS (tiró la invitación a conocer el Polo Solidaridad a fines de abril en el encuentro anual) y los POBRES (con la metáfora de no dar el pescado, tampoco la caña de pescar sino “pescar juntos”).

Aquí se detuvo a contar qué es lo que lo llevó a conocer la EdC.

“Un día, en plena crisis financiera del 2008, salí confundido de una clase de Microeconomía porque trataba de entender una teoría neoclásica que no me sonaba consistente con la realidad. Entonces me encontré con un chico de mi misma edad revisando la basura justo enfrente de la Universidad. ‘¿Porqué él está ahí buscando algo para comer y yo estoy saliendo de la universidad?’ me pregunté inocentemente. Esta pregunta me llevó a conocer el proyecto de Economía de Comunión”.

“Cuando terminé la facultad entré en crisis, viviendo en Italia, en un monasterio franciscano, por ese entonces corté con mi novia Ro y casi que largo todo y elijo vivir como San Francisco. Se ve que no era lo mío porque volví, me amigué con Ro y nos casamos. Le dije conmigo, mínimo Rosario, máximo Shangai (soy muy idealista, quiero transformar el mundo). La vida quiso que me volviera a San Nicolás, ciudad donde nací, cosa que jamás hubiese imaginado, se ve que Otro tenía un plan para mí…”

El cuarto pilar de la EdC, que los atraviesa a los otros tres, es la CULTURA. Habló de la Universidad Sophia, de las tesis de grado (como la que eligió hacer él), las Pasantías en empresas de EdC, como la que hizo en John Mundell y que le permitió conocer la EdC desde adentro, de las summer schools (escuelas de verano) para jóvenes (de las que también participó como estudiante y como organizador), y de todas las iniciativas, encuentros, congresos, que se realizan para difundir esta cultura y formar “hombres nuevos” con una “cultura nueva”. Es mucho más fácil formar a los jóvenes que modificar la cultura de un adulto. Es muy probable que el día de mañana mi hijo Salvador no entienda por qué no clasificábamos la basura en 7!!!

Esto le dio pie para irse a otro tema que le habían pedido y era sobre la Laudato si´. Para no extenderse hizo algunos comentarios de la encíclica, pero una de las cosas más hermosas que dijo fue el consejo de “un amigo italiano”, de leerla en dos tiempos y fuera de casa. Primero ir a un parque, un bosque, porque de la tierra de la que nos habla Francisco es una tierra real. Luego ir a alguna periferia real, entre los pobres. En estos lugares podremos aprender de nuevo a “sorprendernos” y así tal vez podamos comprender la Laudato si’.

El último punto fue sobre “las experiencias”. Aquí contó el desafío de crear no sólo un Parque Industrial, que podría haber sido relativamente fácil en comparación con su propuesta. Fue por más y lo quiso sustentable. Todo un reto porque la sustentabilidad para los empresarios suele ser sinónimo de mayores costos. Y les demostró que no.

Habló de Boomerang Viajes y del turismo sustentable y del Programa del NOA que lleva adelante la Pastoral de Turismo.

Y concluyó contando que: “Antes de venir estuve hablando con un amigo empresario de la EdC que tiene una fábrica de galletitas en O’Higgins (en la provincia de Buenos Aires, la empresa se llamaPasticcino”. Agregó que Pasticcino es la principal fuente de trabajo del pueblo, con 17 puestos de trabajo. Si se sientan en Rosario a tomar un café, seguramente les den una galletita, esa galletita es Pasticcino. Contó que Gonzalo le dice “Fran, yo podría tener la fábrica en Pilar, estratégicamente ubicada, pero elijo estar acá, en el medio del campo. Siento que es el lugar donde tengo que estar…”.

“Quizás se trata de eso -reflexionó-, de descubrir nuestro lugar, qué es lo que tenemos para dar, de estar al servicio. Nosotros tenemos suerte de estar acá, un sábado a la tarde (pero que loco no?, podríamos estar haciendo otra cosa un sabádo!), pero también nos podría haber tocado otra realidad y estar revolviendo la basura… por lo tanto tenemos una deuda con los pobres”.

A los aplausos siguieron las preguntas de los jóvenes… ¿Cómo hacemos para transformar nuestros ambientes? ¿Por qué nadie nunca nos habló de esto? ¿Hay multinacionales de EdC? ¿Trabajan en Red? ¿Cómo hacemos para que desde la Universidad nos enseñen que existen otros modelos? ¿Qué estrategias debemos tener cuando vamos a hablar con un político?

Ahora, desde el otro lado del mostrador, Fran les recomendó que sean astutos, inteligentes, que vayan con algo concreto, el político en general no tiene tiempo y quiere soluciones, así que piensen en eso, estudien a la persona, empiecen por algo más bien chico pero muéstrenle un futuro promisorio, sean puentes.

Como respuesta inmediata dos mendocinos se acercaron para contar que el año pasado estuvieron a punto de armar algo con la EdC y que luego no se dio. Ahora están muy entusiasmados en reflotar ese proyecto.