La Conferencia Episcopal realizó una misa en Luján, en la que expresó su "dolor" por el hecho de que el Senado trate el proyecto el martes.
La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) volvió a expresar su “dolor” ante el inminente tratamiento en el Senado del proyecto de legalización del aborto, en el marco de una misa celebrada por la comisión ejecutiva del organismo en la Basílica de nuestra ciudad, en la que además se advirtió sobre las “gravísimas inequidades e ineficiencias estructurales” que dejó al descubierto la pandemia de coronavirus.
“En medio de este contexto excepcional no podemos ocultar nuestro dolor ante la inminente sesión para tratar el proyecto de ley del aborto”, expresó el presidente del Episcopado, el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, durante la homilía de la celebración.
Con el lema “A ti confiamos la causa de la vida”, la misa fue transmitida por redes sociales y concelebrada por los vicepresidentes del Episcopado, el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Poli; y el arzobispo de Mendoza, Marcelo Colombo; el secretario general, el obispo de Chascomús, Carlos Malfa, y el arzobispo de Mercedes- Luján Mons. Jorge Scheinig.
En su mensaje, Ojea reiteró la “inoportunidad” del tratamiento de legalización del aborto, que podría ser convertido en ley el martes por el Senado, y agregó: “Cuando hablamos de tiempo oportuno, nos referimos a la sabiduría de leer en profundidad lo que se está viviendo, la magnitud y la complejidad de la crisis que atravesamos, para poner nuestras mejores energías en resolver los problemas que nos urgen hoy”.
En esa línea, mencionó la necesidad de “establecer acuerdos fundamentales desde la dirigencia política económica y social que nos permitan mirar hacia adelante priorizando tierra, techo y trabajo para todos, promoviendo estilos de liderazgo que puedan perseverar en un proceso que llevará mucho tiempo y esfuerzo, y buscando siempre sostener lo que nos une y no instalarnos en lo que nos divide”.
“No podremos construir si se le suelta la mano al indefenso, si se desconocen los derechos al más débil y al más pobre. Este es un principio de ética humana, pre religiosa, que esta sostenido por la ciencia médica y el derecho”, dijo el obispo de San Isidro en su sermón.
Remarcó además que este año “el pueblo argentino cuido la vida, la protegió, la alimentó, la curó, la lloró, la defendió de la pandemia del hambre, de la falta de trabajo y de la miseria” y afirmó que la Argentina de la post pandemia “será fruto de haber entendido bien esta crisis y dependerá de nuestra capacidad de revisar conductas, de aprender de lo vivido y de la necesidad de crear nuevos estilos de vida más solidarios y más fraternos”.
Por último, le pidió a la Virgen María que detenga su “mirada sobre los legisladores”, que pueda “provocar una serena reflexión en sus mentes y en sus corazones, y que no renieguen de sus convicciones más profundas”.
En otro tramo de su mensaje, Ojea destacó el “espíritu solidario” de los argentinos en medio de la pandemia y dijo que, al mismo tiempo, se pusieron de manifiesto “gravísimas inequidades, ineficiencias estructurales sin que faltaran mezquinos intereses en algunos así como la negación de la realidad en otros”.
Asimismo, agradeció la labor de los trabajadores esenciales en comedores, merenderos y centros de salud, así como de voluntarios, organizaciones sociales y credos “acompañando situaciones de pobreza que se han extendido de un modo alarmante en este último tiempo”.
En una serie de actividades pastorales previstas ante el inminente tratamiento del proyecto de ley, el Episcopado también convocó para mañana 27 -fiesta litúrgica de la Sagrada Familia- a que las catedrales y parroquias de todo el país celebren las misas con una “especial intención por la vida naciente”.
En tanto, para este lunes, fiesta de los mártires Santos Inocentes, los obispos “convocan al Pueblo de Dios a una Jornada de Ayuno, Oración y celebración de la misa”, según se informó en un comunicado.
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