Francisco también piensa en Colombia (y en Cuba) e impulsa los acuerdos de paz entre el gobierno y la guerrilla
Por Alver Metalli
El mosaico latinoamericano de los viajes papales se enriquece con una nueva pieza. En los planes futuros Francisco se asoma Colombia y en el horizonte se mantiene Cuba, que podría volver a ser la sede de un histórico anuncio, después que en enero se acordó la puesta en marcha de un diálogo amplio entre Obama y Raúl Castro. Una vez más el Papa Francisco se encuentra en el centro de los grandes cambios que afectan América Latina, y la carta que el Secretario de Estado Pietro Parolin dirigió esta semana a los obispos de Colombia lo confirma. Sin establecer una fecha exacta, el Santo Padre afirma que espera “encontrarse pronto” con el pueblo colombiano, “en el curso de uno de sus viajes a América Latina”. La carta revela también que Jorge Mario Bergoglio ha visitado varias veces el país andino, “que ha admirado siempre la alegría y la laboriosidad de sus habitantes” y que además “es bien consciente de la importancia crucial del momento presente”, en el que todos “están buscando construir una sociedad más justa y fraterna”. En la carta, el Papa alienta a las partes –gobierno y FARC- a “no perder el ánimo”, a “no perder la esperanza ante las dificultades” y a seguir trabajando por la verdad, la justicia, la reparación de los afectados y de las víctimas, y también en la búsqueda de mecanismos apropiados para que las situaciones del pasado no se repitan. Lo que supone una clara referencia a la fase actual de las tratativas cubanas. Hasta el momento el gobierno y la guerrilla han logrado el concenso sobre tres de los seis puntos de la agenda: propiedad de la tierra, participación política y lucha contra el narcotráfico. El punto que se está discutiendo en este momento es el resarcimiento a los casi siete millones de víctimas que ha dejado medio siglo de conflicto, y ha encontrando más dificultades de lo previsto.
Al dar la noticia del viaje papal, la prensa colombiana también lo relaciona estrechamente con los acuerdos de paz que se discuten en Cuba. “La llegada del Papa Francisco –afirman todos- se produce en un momento crucial para la historia del país; su presencia en Colombia puede repercutir de manera positiva en el final de un conflicto armado que tiene más de medio siglo”. El mensaje del Papa a través del Secretario de Estado y su intención de visitar el país hacen pensar que este impulso puede ser resolutivo y ayudar para que se concrete el esperado anuncio. A fines de enero, al terminar una audiencia privada de despedida el embajador de Colombia ante el Vaticano, Germán Cardona Gutiérrez, aseguró que “el Sumo Pontífice podría visitar el país en el caso eventual que se llegue a la firma de un acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC”.
Sobre la “firme voluntad” del Papa de visitar el país andino habló el jueves a la mañana el Nuncio en Colombia, monseñor Ettore Balestrero. El sitio web de la Conferencia Episcopal publica una cautelosa nota que remite a la carta del Secretario de Estado, donde se “da a entender” que el viaje será pronto. La fundada esperanza adquiere mayor certeza con las palabras del obispo auxiliar de Barranquilla, Víctor Tamayo, quien en la entrevista a una emisora colombiana dijo que se sentía “honrado de confirmar que el Papa (…) ha anunciado su voluntad de visitar el país”. El prelado agregó que el anuncio formal de la visita “se dará pronto, durante uno de sus viajes en América Latina”. Aunque después reconoce que “no hay fechas” seguras y personalmente considera que “no creo que pueda ser este año (2015)”. Para más adelante lo ubica también el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, el arzobispo de Tunja Luis Augusto Castro. “Sería muy bonito que fuera este año, pero ya tiene una visita a América Latina en 2015, por lo que lo más seguro es que sea a comienzos del año entrante”.
La invitación al Papa argentino para que visitara Colombia fue hecha por los obispos colombianos pocos días después de que fuera elegido en marzo de 2013, a través del cardenal Rubén Salazar, y posteriormente la confirmó el presidente Juan Manuel Santos en una carta formal. El viaje tiene dos antecedentes ilustres: Pablo VI el 22 de agosto de 1968 y Juan Pablo II el 1 de julio de 1986. Juan Bautista Montini fue el primer Papa que visitó América Latina y permaneció en Colombia tres días, celebró el casamiento de 24 parejas, visitó familias pobres en el sur de Bogotá, se reunió con campesinos y presidió una de las primeras misas multitudinarias en el parque Simón Bolívar. Juan Pablo II, durante la presidencia de Carlos Lleras Restrepo, tocó 10 ciudades y permaneció en el país una semana.
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