Este jueves 24 de octubre se publicará una nueva encíclica del Papa Francisco, por lo que repasamos las tres encíclicas anteriores del pontífice: Lumen fidei (2013), Laudato si ' (2015) y Fratelli tutti (2020)
El 24 de octubre de 2024, el Papa Francisco publicará Dilexit nos ("Nos amó", en latín), la cuarta de sus encíclicas, dedicada al "amor humano y al Sagrado Corazón de Jesucristo".
Formalizada en el siglo XVIII, la encíclica es una carta del Papa dirigida a los obispos, a los fieles de la Iglesia católica y a veces también "a los hombres de buena voluntad". Desde el punto de vista magisterial, se considera más importante que una exhortación apostólica, que a su vez es más importante que una carta apostólica.
Para completar su serie de encíclicas dedicadas a las tres virtudes teologales (fe, esperanza y caridad), Benedicto XVI había adelantado la redacción de una encíclica sobre la fe. Sin embargo, no tuvo tiempo de publicarla antes de renunciar al trono de Pedro en febrero de 2013.
Tras su elección, el Papa Francisco decidió retomar el trabajo de su predecesor y completarlo, publicando Lumen fidei (La luz de la fe) el 5 de julio de 2013. Con ello, demostró su deseo de asumir plenamente el legado de Benedicto XVI.
Lumen fidei pretende subrayar que la fe no es "una ilusión de luz que obstaculiza nuestro camino de hombres libres hacia el futuro", sino, por el contrario, "una luz" que puede "iluminar el presente". No nos aleja del mundo, insiste el Papa Francisco, porque la fe "no es ajena al compromiso concreto de nuestros contemporáneos".
Las líneas maestras del pontificado del Papa Francisco pueden verse en todo momento, como cuando escribe que "la historia de la fe, desde sus orígenes, ha sido una historia de fraternidad", o que la fe "nos hace respetar más la naturaleza, haciéndonos reconocer en ella una gramática escrita por [Dios]".
Laudato si' , la encíclica del 'papa verde'Antoine Mekary / Godong
Pocas veces una encíclica ha tenido tanto alcance como Laudato si' , el texto del Papa Francisco sobre ecología integral, publicado en 2015.
Inspirado en el Cántico de las Criaturas de san Francisco, del que toma prestada la primera línea del título (Laudato si', es decir, "Alabado seas"), con este documento el Papa se erige como una de las voces de referencia a favor de "salvaguardar la Casa Común" (subtítulo de la encíclica).
La publicación de la encíclica pocos meses antes de la COP21 de París le confiere un impacto político y mediático sin precedentes.
En este texto, el Papa se apoya en informes de expertos, en particular los del IPCC, para denunciar los males que sufre la Tierra a causa de la crisis ecológica. Advierte contra una forma de antropocentrismo moderno alimentado por un "paradigma tecnocrático dominante", que considera la principal fuente de la crisis.
Frente a este declive previsto, el Papa Francisco propone una "ecología integral", es decir, una visión de la ecología que integre todas las dimensiones de la vida. En un mundo en el que "todo está relacionado", es contraproducente, insiste, separar la ecología científica o política de las dimensiones humana y social.
En este texto, de connotaciones sociales particularmente fuertes, Francisco llama a un amplio diálogo ecológico a todos los niveles y a una conversión personal hacia un modo de vida más responsable.
Inspirada una vez más en san Francisco de Asís, la encíclica Fratelli tutti se publica en el contexto particular de la pandemia del Covid 19, una crisis que ha despertado "la conciencia de que constituimos una comunidad global que navega en la misma barca", escribe.
En este documento, que resume los grandes principios de su pontificado centrado en las "periferias" y los "marginados", el Papa invita a todas las personas de buena voluntad, cristianas y no cristianas, a cultivar la "amistad social".
En este texto, el Papa desarrolla sus reflexiones sobre la "cultura del despilfarro" y los atentados a la dignidad humana, demasiado frecuentes en el mundo actual. Recuerda, por ejemplo, que los migrantes deben ser acogidos, protegidos, promovidos e integrados.
En cuanto al diálogo interreligioso, el Papa confiesa que la encíclica se inspira también en el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmed Al Tayyeb. Reitera su llamamiento a todas las religiones para que condenen la violencia cometida en su nombre.
El Papa Francisco también hace una serie de llamamientos en el transcurso de esta encíclica, que una vez más es decididamente social. Pide la prohibición universal de la pena de muerte y de las armas nucleares. También considera que "hoy en día es muy difícil" defender el principio de la "guerra justa". Se hace eco de las palabras de su predecesor Pablo VI, que habló ante las Naciones Unidas en 1965: "¡Nunca más la guerra!"
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