El vicario de la Custodia de Tierra Santa y frailes de la comunidad de Betania recibieron a una representación de seguidores del islam para compartir un momento de convivencia. La ruptura del ayuno fue en la explanada de la iglesia de San Lázaro.
La Custodia de Tierra Santa compartió con la comunidad musulmana de Betania el iftar, la comida que se toma tras la puesta de sol, con la que se rompe el ayuno diario observado por los musulmanes durante el mes del Ramadán.
El vicario de la Custodia de Tierra Santa, fray Ibrahim Faltas, y los frailes de la comunidad de Betania recibieron a una representación de la comunidad musulmana para compartir un momento de convivencia.
Se hallaban presentes autoridades civiles y religiosas locales, entre ellas el alcalde de Betania, Khalil Abu Rish, y algunos representantes de la mezquita. También asistieron algunos miembros de la Universidad Al Quds y de la Universidad de Palermo, del Mosaic Centre y de la asociación Pro Terra Sancta.
La celebración del iftar en la explanada de la iglesia de San Lázaro ya se ha convertido en una pequeña tradición. Betania es el lugar donde Jesús venía a visitar a sus amigos Lázaro, Marta y María -de ahí lo de "casa de la amistad"-.
Además, el recuerdo del milagro de Jesús en Betania, la resurrección de Lázaro, es compartido por la comunidad cristiana y musulmana. El sepulcro de Lázaro está a unas decenas de metros de la iglesia franciscana y sobre él se alza la mezquita del pueblo.
La iniciativa del iftar -como recordaba fray Ibrahim- nace de una historia de proximidad y colaboración entre cristianos y musulmanes, a través de los proyectos de la asociación Pro Terra Sancta y, en particular, es fruto de la sensibilidad del arquitecto Osama Hamdan, musulmán, uno de los principales colaboradores de Pro Terra Sancta y de la Custodia en los proyectos de recuperación del patrimonio cultural, fallecido prematuramente el año pasado.
"El corazón de este encuentro es la convivencia entre musulmanes y cristianos" explicó fray Ibrahim. "Como cristianos y como franciscanos de la Custodia, este encuentro con los musulmanes es muy importante. Aquí los cristianos somos muy pocos, pero es un placer estar juntos, conversar y compartir la comida, que para nosotros los árabes es una manera de hacernos amigos, hermanos".
Pro Terra Sancta está implicada en el pueblo a través de diversos proyectos, sobre todo de ámbito cultural y de revalorización del patrimonio, pero no sólo en eso. Son famosas las velas fabricadas por las mujeres del pueblo y perfumadas con nardo: "una ayuda concreta y también una demostración de que este no es solo un territorio de guerra, sino también una tierra de acogida, de paz, de diálogo", afirma Carla Benelli, historiadora de arte y coordinadora de proyectos Pro Terra Sancta en Betania.
En la localidad está en marcha desde hace varios años un proyecto de recuperación de los restos bizantinos y medievales que rodean la Tumba de Lázaro. "Trabajamos con los franciscanos de la Custodia y con las distintas entidades locales" continúa Carla Benelli. "Construimos una estrecha relación con la comunidad de Betania -el ayuntamiento y la mezquita-. Reunirnos para iniciativas como el iftar es una manera de abrazarnos, de conocernos mejor y compartir estos lugares, especialmente en momentos de gran dolor y sufrimiento, de conflicto", concluyó.
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