Las grandes tiendas y centros comerciales en Japón están instalando cada vez más salas de oración para satisfacer las necesidades de los musulmanes en medio de un número creciente de visitantes de países islámicos gracias a un yen en baja.

En las tiendas Matsuya Ginza, en el exclusivo distrito comercial de Tokio, varias personas hacían fila frente a una sala designada como "sala de oración" a ciertas horas del día.

La sala está equipada con un área de lavado (ablución) antes del culto y tiene tapetes para que las personas puedan oraciones.

Una mujer de Malasia de unos 30 años dijo que había buscado una sala de oración en línea antes de llegar a Japón y dijo que estaba agradecida porque es difícil encontrar una en el medio del área metropolitana.

Los musulmanes suelen rezar cinco veces al día, aunque algunos reducen la frecuencia a tres veces durante un viaje, según la Agencia de Turismo de Japón. Sus actividades se verían limitadas si no pudieran encontrar una sala de oración y tuvieran que regresar a su alojamiento.

"Las salas de oración son una infraestructura necesaria similar a los baños y las salas de enfermería", dijo un funcionario de la industria minorista, y agregó que la gente de la industria debe cooperar para instalar dichas salas.

Entre otras grandes tiendas de Tokio, Shibuya Parco, en el distrito comercial de Shibuya, ha abierto una sala de culto.

Aeon Mall Co., que opera complejos comerciales a gran escala, ha instalado salas de oración en siete puntos de venta en las prefecturas de Chiba, Kanagawa, Aichi, Hiroshima y Okinawa, con planes de ampliar el servicio a otras tiendas.

El número de visitantes a Japón procedentes de Indonesia, Malasia y Turquía superó los 870.000 en 2023, 2,7 veces más que hace una década, según la Organización Nacional de Turismo de Japón, según Kyodo News.