¡Feliz lunes! Empezamos justo la semana que terminará con el primer domingo de Adviento. Es ese momento de preparación para la Navidad, tiempo en que Dios se hará débil como nosotros. Vamos a disfrutar de una música que también nos habla de espera y de anhelo de Dios.
La música de hoy es de William Byrd (1539/40-1623), compositor inglés nacido en Londres. Su vida estaba llena de contradicciones porque le tocó vivir tiempos convulsos. El propio renacimiento estaba lleno de esas contradicciones que lo hicieron tan rico. Es complicado llegar a clasificar a Byrd dentro de alguna que otra categoría concreta. Vivió en el siglo XVII sin que directamente escribiera obras vocales que miraran al barroco a pesar de que sus composiciones para teclado sí lo hacen, y con gran éxito. Podemos decir que era un compositor de una corte anglicana, pero pasó gran parte de su tiempo escribiendo para la liturgia católica romana. Debido a esto, mucha de su música fue prohibida hasta el punto de que se amenazaba con encarcelar a quien la interpretase.
Escuchemos su motete Domine, praestolamur. Está compuesto a cinco voces y fue estrenado en sus Cantiones Sacrae de 1586. Es una obra curiosa por la elección del texto a cargo de Byrd. Leyendo entre líneas observamos que es todo un alegato contra aquellos que le perseguían, o que sometían al pueblo a una persecución de forma general. La segunda parte del motete lleva el esto: Veni, Domine, noli tardare, relaxa facinora plebi tuae et libera populum tuum. Puede traducirse como «Ven, Señor, y no tardes; libera a tu rebaño de sus cargas del pecado y libera a tu pueblo». Por tanto, el adviento que reclama Byrd es el de una liberación completa y no solamente desde el punto de vista de la fe. Sea como fuere, la obra es una verdadera maravilla.
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