Cáritas, ACIERA, AMIA y los jesuitas, junto con organizaciones sociales y empresas, lograron juntar más de 1.000 millones de pesos que se transformó en ayuda de alimentos y kits de limpieza para las familias de las zonas más vulnerables.
Sergio Rubin
Suele decirse que el gran espíritu solidario de los argentinos aflora especialmente ante una gran adversidad. La pandemia de coronavirus -y la siguiente cuarentena, con su tremendo impacto económico y social- lo está confirmando. La campaña Seamos Uno que llevan adelante los principales credos, varias ONG y grandes empresas, acaba de llegar al millón de cajas con alimentos y productos de limpieza, gracias a las donaciones de grandes compañías y particulares.
Las cajas –que son distribuidas entre vecinos de barrios populares y de clase media afectados por la crisis de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano- fueron el producto de donaciones de comestibles y artículos de limpieza por parte de firmas de esos rubros y del aporte de compañías y de particulares a través de los canales digitales por un valor total de mil millones de pesos, aportes supervisados por cuatro grandes auditoras internacionales.
Además, empresas de logística se sumaron para el empaquetamiento y distribución de las cajas, cuya entrega correspondió a instituciones solidarias con trabajo habitual en los barrios populares como en el caso de Cáritas y comunidades de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas. El Banco de Alimentos sumó su experiencia y la Compañía de Jesús, a través del padre Rodrigo Zarazaga, coordinó la sumatoria de esfuerzos.
“Dimos un ejemplo de que los argentinos somos capaces de cuidarnos unos a otros”, dijo Zarazaga, y destacó la generosidad de las empresas como de los particulares. Y la adhesión de figuras como Emanuel Ginóbili, Ricardo Darín y Diego Torres, entre muchos otros que contribuyeron con su invitación a que la gente se sume para que finalmente se llegara al millón de cajas.
El espíritu solidario se reflejó también en la colecta de Cáritas de este año. A pesar de que debido a la pandemia se realizó en buena medida por los medios digitales y no de modo presencial en las parroquias, que es el principal modo de contribuir, su recaudación creció casi un 9% respecto al año anterior, totalizando poco más de 126 millones de pesos.
“El resultado de la colecta nos llena de satisfacción y esperanza porque, entre otras cosas, pone nuevamente de manifiesto la solidaridad de los argentinos, que saben responder con generosidad cuando se los convoca para poner el hombro frente a una emergencia”, dijo el presidente de Cáritas, monseñor Carlos Tissera.
Tissera agregó que “esta constatación adquiere especial relevancia en los tiempos en que vivimos, donde realmente necesitamos trabajar unidos para superar las enormes dificultades que nos esperan”.
“Es un signo de esperanza, una muestra de que podemos unirnos detrás de metas en común y que podemos hacer grandes cosas cuando trabajamos juntos”, concluyó.
Estos apoyos se suman a numerosas acciones como comedores comunitarios sostenidos por vecinos, que donan la comida que elaboran en sus casas.
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