“Creo que hoy es el momento más importante para ello de los últimos años porque indudablemente estamos frente a una comunidad judía que viene teniendo sus dificultades y necesita que su dirigencia, que ha sido injustamente cuestionada en su legitimidad y obrar, sea abarcadora de todo los sectores”, aseguró su actual presidente a la Agencia Judía de Noticias.
El actual presidente de la DAIA, Julio Schlosser (foto), confirmó en diálogo con la Agencia Judía de Noticias (AJN) que pretende postularse para la reelección al frente de una “lista de consenso”, pese a que al asumir se había comprometido a no hacerlo.
JS- Julio Schlosser había tomado una decisión (de no buscar otro mandato, pero) cuando (su vicepresidente 1º y candidato a sucederlo) Waldo Wolff decidió dedicarse a la política nacional (integra la lista de postulantes a diputados nacionales del PRO por la Provincia de Buenos Aires) y dejó la DAIA, el lunes, en la habitual reunión de Comisión Directiva les informé a mis compañeros la decisión de trabajar por mi reelección. A partir de ahí comencé a reunirme con todo el espectro de la política comunitaria en busca de una lista de consenso, como se viene diciendo sin resultados. Creo que hoy es el momento más importante para ello de los últimos años porque indudablemente estamos frente a una comunidad judía que viene teniendo sus dificultades y necesita que su dirigencia, que ha sido injustamente cuestionada en su legitimidad y obrar, sea abarcadora de todo los sectores. Quienes me conocen saben que mi tarea siempre ha sido la búsqueda de la unión de todos los ámbitos en los que me ha tocado trabajar, y estoy convencido de que si deponemos viejas rencillas y deudas y pensamos que la comunidad requiere la unidad, vamos a llegar no solo a una lista de consenso para la DAIA, sino también para la AMIA. No es bueno que sucedan divisiones o confrontaciones en el seno de las instituciones centrales y sé que la gente que participa en la conducción comunitaria es consciente del rol histórico que le compete en estos momentos. Por eso encaro esta tarea con mucho optimismo, fuerza y voluntad, y quiera D’s acompañar a todos los que participamos del quehacer comunitario en este esfuerzo que implica listas únicas, “de pared a pared”, tanto en la AMIA como en la DAIA.
P- ¿Qué beneficio tendría la comunidad si preside nuevamente la DAIA? ¿Por qué cree que es necesario?
JS- En estos casi tres años hemos consolidado el rol de la DAIA como representación política de la comunidad judía de la Argentina no solo dentro de ella, sino en el afuera: el ciudadano común la ve como una institución total y absolutamente apolítica, que en ningún momento se dejó arrastrar por confrontación electoral alguna. Hemos tenido como único objetivo la defensa de los intereses de la comunidad judía y también el trabajo mancomunado en defensa de diecisiete colectivos que son objeto de discriminación y exclusión. A partir de ahí, esta conducción se ha tornado creíble y ha recibido un reconocimiento a su labor no solo en el ámbito nacional, sino también en el internacional. Nuestra relación con el cuerpo diplomático acreditado en nuestro país se ha ido acrecentando de forma tal que diría que reconoce en la DAIA una institución con la cual conversar no solo de los problemas de la comunidad judía o de los colectivos discriminados en nuestro país, sino una entidad que está comprometida contra la discriminación y la xenofobia en todos los países del mundo. Es un hecho conocido que esta presidencia de la DAIA mantiene asiduas reuniones con el cuerpo diplomático acreditado en nuestro país, en las cuales conversamos sobre la situación mundial, donde vemos que se comenten crímenes de lesa humanidad que nos retrotraen a la Edad Media, y a partir de ahí estamos tratando de elaborar propuestas conjuntas para que quien hoy está asolando a la humanidad y no respeta la vida ni la libertad de creencia sea el enemigo a derrotar. En este sentido nos hemos reunido ya cinco veces con el papa Francisco, que es el pionero en nuestro país del diálogo interconfesional. El conjunto de representantes de los diversos credos que integran la Comisión del Diálogo Interconfesional es un paso importantísimo en la unidad de toda la sociedad argentina.
P- Para hablar concretamente: hay otros candidatos a la presidencia de la DAIA, como Ariel Cohen Sabban y Jorge Knoblovits, además de “la mesa de Hebraica”, promovida por su titular, ¿realmente se puede pensar en una lista de consenso?
JS- Es que si no (se logra) tendríamos que ir a un proceso electoral y lamentablemente no siempre se da como cuando me tocó ganar, que al otro día empezamos a trabajar con quien fuera mi ocasional oponente (por Claudio Avruj). Todo proceso electoral deja heridos; entonces, si logramos una lista de consenso, abarcadora de los sectores y la gente más capaz, vamos a dar el primer paso para reforzar la representatividad y el rol de la comunidad judía en nuestro país, que siempre ha sido trascendente porque le ha aportado y seguirá aportando a la República Argentina lo mejor de sus hombres en todos los ámbitos: deportes, ciencias, arte, cultura, política... No hay rama de la actividad humana en la cual la comunidad judía no haya hecho, esté haciendo o hará un aporte al engrandecimiento de nuestro país. Entonces, a partir de ahí –reitero–, la participación de todos los sectores de la comunidad judía en una nueva conducción es para mí realmente un valor a conseguir y asumo en este momento el compromiso de poner todos mis esfuerzos y lo mejor de mí para que ello sea una realidad y no quede en un proyecto.
P- Dijo que fue difícil atravesar esta gestión, que fue compleja, e incluso algunos lo criticaron, y a sus pares, por ser muy combativos con el gobierno nacional, ya que se necesitaba una DAIA políticamente mucho más tranquila...
JS- … Primero, estamos en una democracia y la expresión de algunos directivos de las instituciones centrales legalmente constituidas sobre algunos parámetros de la gestión de los gobiernos nacional o provinciales nunca puede trabar o generar conflictos porque de algo estamos convencidos: así como esta conducción de la DAIA ha surgido de elecciones esencialmente democráticas, las del resto de las instituciones de la comunidad y de nuestro país también lo han hecho. El hecho que podamos disentir en aspectos puntuales con algunas medidas de los gobiernos nacional, provinciales, municipales o de la Ciudad de Buenos Aires no significa que vayamos a confrontar. Éste es el juego normal de una democracia; si no, seríamos un uniforme del mismo color y la misma opinión. Creemos que el derecho a disentir es inalienable y que llegar a la confrontación no le hace bien a nuestro país, ni a la comunidad judía, ni a otro colectivo o minoría. El hecho es buscar los puntos de coincidencia y les digo a quienes ocasionalmente puedan llegar a ser candidatos lo que le he dicho en su oportunidad a quien fue mi oponente en la elección anterior: “con vos son muchos más los aspectos que tenemos en común que aquellos en los cuales disentimos, entonces apoyémonos en eso para trabajar y sigamos buscando hasta hallar un punto intermedio que nos permita coincidir”.
P- ¿Cómo califica vuestra gestión?
JS- No, no, la gestión debe ser calificada por los miembros de la comunidad. Algunos entenderán que ha sido prudente, otros que ha sido provechosa y otros tendrán sus disidencias. De lo que sí estoy convencido es de que no ha sido fácil: hemos sobrepasado conflictos en Medio Oriente que han creado un clima difícil en nuestro país y llevamos 21 años sin tener justicia en la “causa AMIA”. No voy a calificar el éxito o el fracaso de la gestión, pero sí quiero decir que hemos sido siempre total y absolutamente prudentes en defensa de aquello que creímos que era justo. Manifestamos nuestra disidencia constructiva con una posición clara, que a nadie buscó atacar, pero no nos hemos extralimitado, ni usado exabruptos, ni nos dejamos arrastrar por algún proceso electoral dentro o fuera de la comunidad.
P- Hizo referencia al comienzo, sin nombrarlo, al ex director ejecutivo de la DAIA y hoy referente de los “argentinos de origen judío” Jorge Elbaum y dio a entender que con su continuidad podría darle respuesta. Y también le pregunto qué piensa sobre las críticas de la Presidenta a las instituciones judeoargentinas en los últimos tiempos...
JS- Insisto, estamos dispuestos a sentarnos a conversar con todos porque ésa es la esencia de la democracia. Si nos fijamos en las palabras y las conductas, no pensamos en que el interés superior que nos guía, como argentinos y como judíos, es lo mejor para nuestro país, entendiendo que ello será lo mejor para la comunidad judía, la boliviana... Hay una escala de valores y en la vida uno tiene que saber no solo adónde quiere llegar, sino cómo quiere hacerlo, y nosotros queremos llegar a una situación de trabajo conjunto, pero no a costa de atacar y ofender. Siempre vamos a mantener nuestro discurso y posición claros que hacen a los valores humanos un paradigma que debemos seguir. La DAIA va a cumplir 80 años y 77 de ellos fueron sin Schlosser (en su presidencia). Tenemos que tratar de que cuando cumpla 100, también sin Schlosser, la DAIA tenga el rol y la consideración de la sociedad que tiene en el día de hoy.
P- ¿Lo frustra la actual falta de diálogo con el gobierno nacional?
JS- El diálogo va a llegar… Un día hubo más y hoy… no es cierto que no haya. Sigo pensando que con todos es mucho más aquello que nos une que lo que nos separa. Si no somos capaces de superar esas cuestiones puntuales, entonces sí puedo decir claramente “hemos fracasado”. Pero estoy convencido de que vamos a retornar al diálogo total -y no el pequeño o elemental que tenemos en el día de hoy- con cualquier candidato que gane el proceso electoral (en ciernes por la Presidencia de la Argentina). Cualquiera de los candidatos quiere lo mismo que la DAIA.
P- Julio, no estuvo en el acto conmemorativo del 21er aniversario del atentado a la AMIA…
JS- En ese momento estaba siendo sometido a una operación quirúrgica.
P-¿Qué le generó ver en el escenario a Iara, la hija mayor del fallecido fiscal Alberto Nisman?
JS- Cuando me repuse ya no repetían el acto por televisión, pero leí los comentarios. Me habría conmovido. Indudablemente, el dolor de los familiares (de las víctimas) no es el mismo que el del presidente de la DAIA, aunque éste sea sincero. DB-EACh-CGG
Comentá la nota