Fue en Luján en el marco del octavo encuentro regional sobre "Disponibilidad y esperanza". Misa en el santuario mariano presidida por Mons. Martín Fassi y predicada por Mons. Carlos Tissera.
Un centenar de clérigos participaron del 8° Encuentro de Sacerdotes de la Región Buenos Aires, que se realizó el 21 de marzo en la Villa Marista, de la ciudad de Luján, sobre el tema “Disponibilidad y esperanza” y que tuvo como expositor al licenciado Luis Jorge, miembro del Equipo Jeremías, dependiente de la Comisión Episcopal de Ministerios.
El licenciado Jorge hizo un abordaje interdisciplinar –científico, filosófico y teológico- del tema del encuentro, a fin de subrayar que la disponibilidad es “la actitud básica” para la cura y la expresión primera de la salud, trasversal a todas las escuelas y a todas las prácticas psicológicas.
El encuentro, que se realiza cada dos años y es organizado por el Equipo de Formación Permanente de la región Buenos Aires, retomó la presencialidad tras las suspensiones por la pandemia de coronavirus.
Las actividades comenzaron con una misa en la basílica de Luján presidida por el obispo de San Martín, monseñor Martín Fassi, y predicada por el obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera. Concelebraron los obispos Jorge Vázquez (Morón), Jorge Rubén Lugones SJ (Lomas de Zamora), Juan José Chaparro CMF (Merlo-Moreno), Oscar Eduardo Miñarro (auxiliar de Merlo-Moreno), Juan Carlos Ares (auxiliar de Buenos Aires), José María Baliña (auxiliar de Buenos Aires), Guillermo Caride (auxiliar de San Isidro), Raúl Pizarro (auxiliar de San Isidro), Eduardo Gonzalo Redondo (auxiliar de Quilmes) y Justo Rodríguez Gallego (auxiliar de Zárate-Campana).
“Estamos a los pies de la Purísima, como le llamaba el Cura Brochero, para refrescarnos en nuestro caminar sacerdotal; para revivir la alegría de ser cristianos y de ser servidores del pueblo”, destacó monseñor Tissera en la homilía.
“El Santo Cura Brochero nos anima, nos alienta. Es nuestro patrono, pero también un modelo”, subrayó.
Tras recordar que, siendo seminarista, Brochero tuvo una crisis de vocación, señaló que fue entonces cuando participó de unos ejercicios ignacianos que “le transformaron la vida y se volvió un apasionado” de esos ejercicios, por lo que quiso que esa experiencia estuviera al alcance de todos, replicándolos en las sierras cordobesas donde, decía, “lo que abunda es la necesidad”.
“Sabemos que el Cura Brochero vivía pobre y que él realmente había hecho la opción preferencial por los pobres. No de pico, sino de palabra; porque él solía decir: ‘Dios es como los piojos, está en todas partes, pero prefiere a los pobres”, destacó.
Monseñor Tissera explicó: “Un modo muy criollo de hacer decir opción preferencial por los pobres; porque quien hizo la opción preferencial por los pobres fue Dios, fue Jesús y él lo siguió”.
“De una picardía muy criolla, Brochero salió de esos caminos para seguir fiel a su gente humilde de traslasierra y ahora brilla en medio nuestro, en este clero nuestro, como hombre fiel y disponible”, subrayó.
“Brochero era como el tomillo serrano que mientras más se lo aprieta, más perfume brinda alrededor”, graficó citando una descripción hecha por otro sacerdote y concluyó: “El Cura Brochero fue como ese tomillo serrano que, en medio de muchos dolores y sufrimientos, dio ese perfume de la entrega Jesús, ese perfume y alegría del Evangelio”.
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