El encuentro contribuyó a experimentar un momento de oración comunitaria, de fraternidad, de franqueza en el diálogo y de reflexión compartida sobre temas de la vida sacerdotal y eclesial.
Más de 70 sacerdotes de la diócesis de Río Cuarto participaron, del 10 al 14 de abril, de la Semana Sacerdotal de Pastoral en Villa La Merced, Córdoba. Esta semana, que se celebra desde hace más de 50 años por inspiración del Concilio Vaticano II, tuvo como objetivo profundizar en la identidad y la misión del presbiterio diocesano.
La semana estuvo presidida por el obispo local, monseñor Adolfo Armando Uriona FDP, quien expresó su gratitud por este "tiempo de gracia y comunión". El prelado destacó que este tiempo fue "de gran importancia para la vida diocesana", y recordó que "la primera semana se celebró en Achiras, en enero de 1965”.
Durante los días del encuentro, los sacerdotes asistieron a dos ponencias que los ayudaron a reflexionar sobre los desafíos actuales de la cultura y de la educación. Además, explicaron que la doctora Ruth Ramasco “abordó la temática de la vulnerabilidad cultural que nos enmarca y la presbiteral que experimentamos”.
Por su parte, el presbítero Alberto Bustamante disertó sobre el "Pacto Educativo Global" propuesto por el papa Francisco. Ambas ponencias "resultaron fundamentales para la reflexión y el debate posterior", explicó monseñor Uriona.
Asimismo, los sacerdotes compartieron la estadía junto a cinco diáconos permanente -que asistieron en calidad de visitantes- y relanzaron la hoja de ruta del camino sinodal que vienen transitando en la diócesis. En este sentido, el obispo resaltó que este camino sinodal es una respuesta a la invitación del Santo Padre a vivir la sinodalidad como "una dimensión constitutiva de la Iglesia".
Monseñor Uriona agradeció también “la oración del Pueblo de Dios y la presencia del Señor Resucitado, que prometió estar en medio de nosotros cuando nos reuniéramos en su nombre". También señaló que esa semana fue una oportunidad para "experimentar un intenso momento de oración comunitaria, de fraternidad, de franqueza en el diálogo y de reflexión compartida sobre temas que atañen a la vida sacerdotal y eclesial".
Finalmente, el prelado invitó a los fieles diocesanos a continuar orando por los sacerdotes, para que esa experiencia vivida en Villa La Merced "nos impulse a renovar nuestro entusiasmo por la misión".
Comentá la nota