El pasado viernes 9 de enero, el Centro Islámico de la República Argentina (CIRA) convocó a representantes del gobierno, miembros del clero, embajadores y a la comunidad musulmana a una oración por las víctimas del atentado al semanario Charlie Hebdo (París, Francia), en el que murieron 12 personas. 

Por tal motivo, se llevó a cabo un rezo comunitario en la Mezquita Al-Ahmad (Alberti 1541, C.A.B.A) que comenzó minutos después de las 14:00 y que tuvo como fin la enérgica condena y repudio a los hechos ocurridos en el país galo. 

Entre los invitados presentes estuvieron S.E Jean-Michel Casa, embajador de la República de Francia; S.E Reda Habib Zaki, embajador de la República Árabe de Egipto; S.E Hichem Bayoudh, embajador de la República Tunecina; el Sr. Mostafa Sefraoui, cónsul del Reino de Marruecos; el Pbro. Fernando Luis María Giannetti, responsable de la Comisión Arquidiocesana de Ecumenismo y diálogo interreligioso y el embajador Juan Landaburu, subsecretario de Culto de la Nación. 

Al finalizar el rezo, S.E el embajador Casa dialogó brevemente con la prensa y recibió saludos y condolencias de la comunidad musulmana y miembros de la Comisión Directiva del CIRA. Para despedir a los asistentes, se entregaron rosas blancas y una copia con las palabras del profeta Muhammad (PyB) en el sermón de su última peregrinación antes de morir. 

Asimismo, y en el marco del ataque terrorista al semanario Charlie Hebdo y al supermercado kosher de París, Aníbal Bachir Bakir, vicepresidente del CIRA y Abdo Baradei, miembro de la Comisión Directiva, estuvieron presentes en el repudio colectivo que se llevó a cabo el pasado domingo al mediodía frente a la sede de la embajada francesa. 

De esta manera, el Centro Islámico de la República Argentina participó de la manifestación a nivel local que condenó dichos actos terroristas y manifestó su apoyo junto a los dirigentes políticos, pensadores, periodistas, artistas y demás asociaciones que también estuvieron presentes. 

Última súplica del profeta Muhammad (PyB):

“¡Oh, creyentes!, escuchen con atención, porque yo no sé si después de este año estaré de nuevo entre ustedes. Escuchen lo que yo estoy diciéndoles muy cuidadosamente y trasmitan estas palabras a aquéllos que no pudieron estar presentes aquí hoy.

¡Oh, creyentes!, así como ustedes consideran este mes, este día y esta ciudad como Sagrados, de igual manera consideren la vida y la propiedad como sagrada. Devuelvan las cosas que les fueron confiadas a sus dueños. No lastimen a nadie para que nadie los lastime. Recuerden siempre que ustedes se encontrarán con su Señor, y que Él les preguntará por sus acciones".