El obispo de Avellaneda-Lanús reconstruye el diálogo que tuvieron con Francisco y cuenta que les aconsejó "trabajar por el bien común"
Por: Elisabetta Piqué
"Todos tenemos que ser responsables y deberíamos hacer un esfuerzo para mirar y trabajar por el bien común". Fue uno de los consejos que el Papa le dio al segundo grupo de obispos de la región bonaerense, que concluyó su visitaad limina, según destacó el obispo de Avellaneda-Lanús, Rubén Frassia. En una entrevista con LA NACION, al margen de trazar un balance de dicha visita, Frassia contó que los obispos compartieron con Francisco la preocupación por el "espíritu violento", exacerbado, que hay en este momento en la Argentina. Al respecto, subrayó que "se discuten las ideas, no se pelean las personas".
-Usted hizo varias visitas ad limina al Vaticano: con Juan Pablo II, con Benedicto y esta con el papa Francisco. ¿Diferencias con las anteriores?
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-Diferencias, fundamentalmente, el estilo: siempre fue importante el intercambio, la notificación, pero se ve el esfuerzo de los diversos dicasterios romanos de ser muy afables, muy explicativos, con mucha disponibilidad. Ellos tienen ahora más actitud de escuchar nuestras problemáticas que de hablar. Es evidentemente la influencia del Papa.
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-Ustedes le presentaron al Papa un diagnóstico crudo de la realidad argentina. ¿Cómo reaccionó?
-Él escuchó atentamente. Se habló de la Argentina, de lo que está sufriendo, lo que es la falta de trabajo y la desocupación, y se habló también de la violencia, algo que nos preocupa mucho a los pastores...
-¿Hablaron del ataque mortal frente al Congreso?
-No porque lo ignorábamos en ese momento, pero hablamos de la violencia que nos preocupa y genera inestabilidad. Aunque no se especificó, aludíamos a los robos, al hecho de que la gente no se respeta, está exacerbada, está enojada, está con un espíritu medio violento.
-¿Y el Papa qué dijo?
-Nada, él escuchó.
-Según dijeron, no se habló de este intento de diálogo que impulsa el Gobierno...
-No se especificó eso. Lo que el Santo Padre hizo fue hablar en un nivel alto y dijo que la Argentina tiene que saber tomar una decisión del tema federal. Muchas veces teóricamente somos federales, pero en la praxis tenemos actitudes más individualistas o de partido o particulares. Y que a veces van en desmedro de lo que es el bien común de la nación. Yo creo que todos deberíamos hacer un esfuerzo y el Papa lo insinuó, para mirar y trabajar por el bien común de la nación.
-Insistió con que "todos tenemos que ser responsables", según contó monseñor Gabriel Barba.
-Todos tenemos que sentirnos responsables no solo de nuestros silencios, sino también de nuestras actitudes.
-¿Le plantearon al Papa que la instalación del debate del aborto hizo muy mal a los argentinos?
-Sí, se habló también de cómo el tema instalado sobre el aborto provocó una cierta división entre la gente. Y eso es una lástima porque evidentemente, al no escucharse, al no saber exponer las cosas como tal, inmediatamente las personas se atacan y hay posturas irreconciliables. Uno puede estar a favor de una postura o de otra, pero ciertamente hay que escuchar los fundamentos de una cosa o de la otra. Entonces se discuten las ideas, pero no se pelean las personas. No hay que mirar de manera trágica, a la griega, sino manera más a la italiana. Siempre hay una salida, una explicación, un diálogo, no se puede uno enemistar con una persona porque piensa distinto. Si piensa distinto tengo que respetarlo porque es distinto. Pero también tengo que pedirle a esa persona que me respete a mí, porque soy distinto y puedo pensar distinto. Entonces no nos descalificamos unos a otros. Uno puede acentuar ideas, pero nunca ir al quebranto de la relación entre personas.
-El Papa dijo que tiene la agenda tomada para hacer un viaje este año al país. ¿Usted qué intuición tiene acerca del tan postergado viaje?
-Son temas que maneja el Santo Padre. ¿A mí me gustaría que viniera? Obviamente que sí. Y pienso que por razones obvias no este año, porque estamos en período de elecciones, pero sería bueno que el año que viene el Santo Padre pudiera venir.
-¿El viaje serviría para superar la famosa grieta?
-Yo creo que sería bueno que viniera porque todas las personas lo verían a Pedro y sería un regalo muy grande que lo pudieran ver a Pedro.
-¿Cómo lo vio al Papa, que usted conoce desde que fueron juntos obispos auxiliares de Buenos Aires, en 1992?
-Al Santo Padre lo vi muy bien. Sinceramente, me sorprendió, porque me tocó un asiento muy cerca y tenía la posibilidad de mirarlo a la cara y su rostro. Lo vi más joven, contento, con ánimo, con entusiasmo, con lucidez y con mucha integridad.
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