Con una bendición apostólica enviada especialmente por el papa Francisco , el embajador argentino ante Italia, Tomás Ferrari, de 63 años, se casó el miércoles pasado con Nhu Anh Nguyen, su mujer vietnamita y madre de dos hijas ya grandes.
El diplomático, que ya se había casado con ella por civil en Hanoi hace 17 años, contrajo matrimonio religioso en un lugar mágico: la Basílica de Sant'Aurea, iglesia renacentista de fines del siglo XV, que se levanta en el "borgo" de Ostia Antica, al lado del parque arqueológico homónimo, en las afueras de Roma.
Fue un casamiento con todas las de la ley: hubo misa de esponsales, padrinos, niños que arrojaron pétalos de rosa y un dúo de órgano y violín que acompañó la ceremonia, a la que asistieron unos cincuenta invitados, muchos argentinos, pero también del mundo diplomático.
Entre las deliciosas empanaditas, el champagne, una exquisita lasaña y Malbec argentino, se destacó el gesto de Francisco, que no solo envió a la flamante pareja una bendición apostólica, sino también sendos rosarios, a través del monseñor argentino Guillermo Karcher y el suizo Paul Emile Tcherrig. "Ahora Ferrari tiene todos los papeles en regla para ir al Vaticano", ironizaron algunos.
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