‘Vida Nueva’ analiza cómo se ha reconstruido la confederación hasta su renovadora Asamblea General
“Trabajar con las personas sobre sus emociones no es una cosa que pueda hacerse en cinco meses. Requiere tiempo, pero hemos fijado buenas premisas para que este trabajo se siga haciendo”, cuenta a ‘Vida Nueva’ Pier Francesco Pinelli. Hasta hace menos de una semana, este italiano con gran experiencia en el sector privado ejerció de administrador temporal de Caritas Internationalis.
Una posición para la que fue considerado “por su capacidad para arremangarse y arreglar con sentido común lo que no funciona”. Ahora respira aliviado. Caritas Internationalis acaba de renovar su cúpula en una Asamblea General, celebrada del 11 al 16 de mayo en Roma, sin enfrentamientos, a pesar de haber atravesado una profunda crisis que requirió la intervención del Papa el pasado 22 de noviembre de 2022. Desde entonces, los empleados de la confederación llevaban esperando esta renovación.
Los cardenales Czerny y Tagle se presentaron aquel día por sorpresa en una reunión de las Cáritas de todo el mundo para revelar una información que ni los propios empleados conocían: la directiva al completo quedaba destituida y el Papa nombraba una Comisión Extraordinaria para cuidar de la institución hasta que se celebraran elecciones en mayo, como así ha sucedido.
Crisis de reputación
Los motivos de esta reorganización supusieron en su momento una gran crisis de reputación. La encrucijada podría resumirse en que el antiguo secretario general, Aloysius John, había generado una cultura de trabajo tóxica que conllevó una falta de fiscalización ante la Santa Sede, unos trabajadores “quemados” que un equipo de psicólogos independientes pudo comprobar. Dicho en otras palabras, tal y como fuentes vaticanas han confirmado a Vida Nueva, “una errada gestión del equipo con tintes autoritarios”.
En conversación con Vida Nueva, María Amparo Alonso, coadministradora temporal de Caritas Internationalis hasta hace unos días, revelaba que estos últimos cinco “han sido meses intensos donde hemos elegido vivir el presente”. Son muchos los retos que la Comisión Extraordinaria ha asumido para reparar la confederación desde dentro, aunque también hay espacio para la celebración: “Estamos muy contentos de que el papa Francisco haya aprobado nuestra reforma de estatutos y normas internas. Estoy muy serena, hemos hecho todo lo que estaba en nuestra mano para contribuir al servicio de Cáritas en todo el mundo”.
Estrechar las relaciones personales
Estos estatutos aprobados por Francisco contemplan “nuevas normas para asegurar que como confederación trabajamos mejor”. A ellos se suma un cambio de los pies a la cabeza en las dinámicas laborales de la oficina central. “Hemos trabajado desde el diálogo permanente, la escucha y la empatía con todo el staff”, presume Alonso. Coincide con ella su compañero Pinelli. Juntos han ofrecido un bono de sesiones de counselling y coaching (unas prácticas a medio camino entre la mediación y la psicoterapia) para todos los trabajadores de la sede de San Calisto, a los que pueden acogerse a título individual en inglés o italiano.
Además, han implementado dinámicas de grupo en las que reflexionan en círculo a partir de una pregunta abierta. “Hemos implicado a toda la oficina en el análisis de los problemas con propuestas e iniciativas para mejorar sustancialmente las relaciones”, aclara Pier Francesco Pinelli. Y aunque él y María Amparo Alonso sean jefes, “hemos estado disponibles desde el inicio para hablar con las personas fuera de la oficina tomando un café o una cerveza”. “De este modo, se consigue una relación mucho más informal en la que las personas se sienten libres para decir lo que es verdaderamente importante”, cuenta el italiano.
Durante los próximos cuatro años, el escocés Alistair Dutton será el secretario general de Cáritas Internationalis. Es laico, pero tiene una amplia formación ignaciana e incluso fue novicio jesuita. En conversación con Vida Nueva recuerda cómo, hace tan solo unos meses, el mal ambiente laboral en la confederación casi dinamita la colaboración con la Santa Sede. “Caritas Internationalis, no sus miembros, perdieron por un momento la confianza del Santo Padre. Así que ahora monseñor Tarcisius Isao Kikuchi [nuevo presidente] y yo tenemos como prioridad recuperar esa confianza. Y después podremos trabajar bien juntos”.
Recuperar la confianza
Dutton considera prioritario profundizar en su relación con los trabajadores en la sede central de San Calisto, en Roma. “El personal allí lo ha pasado muy mal. Lo sabemos, esto no es nuevo. Quiero acercarme a ellos, escucharlos y pensar cómo podemos continuar el proceso de reconciliación que ya hemos comenzado”.
Esta visión la comparte Tarcisius Isao Kikuchi, arzobispo de Tokio y nuevo presidente de Caritas Internationalis. Toma el testigo del cardenal filipino Luis Antonio Tagle, quien presidió la confederación hasta noviembre de 2022, cuando tuvo lugar la intervención papal. “Entonces hubo algunas dificultades con la Secretaría General que debemos abordar. Tenemos que escuchar al personal e intentar no replicar esa misma atmósfera en la oficina”, confiesa a Vida Nueva.
Caritas Internationalis también ha nombrado como tesorero a Patrick Debucquois, ligado hasta ahora a Cáritas Bélgica, y a una laica como vicepresidenta, Kirsty Robertson, quien era directora general de Cáritas Australia.
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