«Dios no necesita ser defendido por nadie y no desea que su nombre sea usado para aterrorizar a la gente»: lo ha reafirmado el Papa Francisco en un tuit publicado en la cuenta @Pontifex con ocasión de la Jornada internacional de conmemoración de las víctimas de actos de violencia basados en la religiñon o en el credo, que celebra la ONU el 22 de agosto.
«Pido a todos que cese la instrumentalización de las religiones para incitar al odio, a la violencia, al extremismo y al fanatismo ciego», continúa el Pontífice haciendo referencia al Documento sobre la Fraternidad humana firmado en Abu Dabi el 4 de febrero de 2019, junto al Gran Imán de al-Azhar.
Relanzando el contenido de la declaración e invitando a centrarse en la educación y el diálogo, en una entrevista con Vatican News el Cardenal Ayuso Guixot, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, quiso expresar en esta ocasión «la solidaridad y la oración por todas las víctimas y sus familias». Para el cardenal es necesario un compromiso decisivo para «educar en los verdaderos valores», para que «una nueva generación pueda crecer en el espíritu de la fraternidad humana que supone permanecer enraizada en su propia identidad pero, al mismo tiempo, aventurarse a conocer al otro, a respetarlo».
El Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior y de Seguridad Común, Joseph Borrell, también rindió homenaje «a los que han perdido la vida y a los que son víctimas de agresiones, amenazas y persecuciones a causa de su religión o sus creencias».
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