En la Escuela del Imam Sayyad (P) la súplica y las letanías tienen una posición destacada. A través de estas súplicas nosotros podemos familiarizarnos con la conducta del Imam Sayyad (P) y conocer su íntima relación con Dios, su amor y su devoción hacia Él.
El quinto día del mes de Sha’ban coincide con el natalicio del Imam Sayyad, Alí Ibn Husain (P). De acuerdo con los famosos registros históricos, el Imam Sayyad (P) nació en Medina, en el año 38 de la hégira (658 D.C.). Con respecto a las virtudes del Imam Sayyad (P) y su dedicación a la obediencia a Dios, el Imam Baqir (P) narra: “Un día vine a visitar a mi padre (i.e. Imam Sayyad) y lo encontré adorando a Dios, mientras que su rostro se veía pálido por haberse quedado despierto durante toda la noche. Debido a que había llorado mucho, una sustancia blanca salía de sus ojos en lugar de lágrimas. Su rostro y su nariz estaban heridos debido a las largas prosternaciones que había realizado, y había perdido su fuerza; ya que había pasado la noche rezando de pie. Cuando lo encontré en este estado, perdí mi auto-control y empecé a llorar”. [1] [2]
El Imam Baqir (P) narra en otro hadiz: “Cada vez que mi padre, Alí Ibn Husain (P) recordaba una de las bendiciones de Dios, realizaba una prosternación de agradecimiento ante Dios. Cada vez que recitaba una aleya acerca de la prosternación, se postraba por Dios. Cada vez que Dios lo alejaba de una calamidad, se postraba ante Dios. Cada vez que finalizaba una oración obligatoria, se postraba ante Dios y cada vez que reconciliaba a dos personas, realizaba una prosternación de agradecimiento ante Dios”. El Imam (P) se postraba por Dios en cualquier momento, por cualquier motivo y en su frente se vislumbraba una marca por efecto de su prosternación. Es por lo tanto; que fue conocido con el apodo “Sayyad” que significa “el que realiza muchas prosternaciones”. [3] [4]
Un vistazo a las valiosas obras del Imam Sayyad (P)
Uno de los preciosos legados que el Imam Sayyad (P) dejó para nosotros, fue una serie de letanías conocidas como Munayat Jams ‘Ashar (las quince letanías). [5] Así; como su obra más destacada, el libro de Sahifa Sayyadiya que contiene súplicas y letanías trasmitidas por el Imam Sayyad (P). Este libro contiene 54 súplicas y aunque se presentan en forma de súplicas, contienen una gran parte de las enseñanzas islámicas, tales como: la teología, la ideología, la antropología, el mundo invisible, los ángeles, las misiones de los Profetas (P), la posición del Profeta Muhammad (PBD) y Ahlul-Bait (P), el Imamato, las virtudes morales y los vicios, las festividades islámicas, las cuestiones sociales y económicas, los relatos históricos, las bendiciones de Dios y los protocolos más recomendables relacionados con la súplica, sobre la recitación coránica, sobre la oración, sobre la adoración, entre otros que han sido mencionados dentro del marco de las súplicas. Algunos Eruditos Musulmanes creen que el Sahifa Sayyadiya es el mayor tesoro de conocimientos divinos después del Corán y el Nahyul Balaga. [6]
Una de las súplicas más famosas del Sahifa Sayyadiya es la súplica de Makarim al-Ajlaq, en donde rogamos a Dios que nos otorgue las virtudes morales, y nos aleje de los vicios y los defectos. [7] En esta súplica, el Imam Sayyad (P) menciona una serie de defectos y le aconseja a los creyentes que se alejen de ellos; y en otra parte, menciona una serie de nobles cualidades morales y alienta a los creyentes que sigan sus consejos para ganar estas cualidades. Esta súplica es la vigésima súplica del Sahifa Sayyadiya. [8] Se puede afirmar que esta súplica es una verdadera lección para enseñar el estilo de vida islámico a los individuos y a la sociedad. [9]
Otra súplica que se recomienda a los buscadores de la perfección y la auto-purificación es la letanía de los arrepentidos (Munayat al-Ta’ibin) que se encuentra entre las quince letanías del Imam Sayyad (P). [10] Además de ello, el Imam Sayyad (P) ha trasmitido una serie de súplicas dedicadas a los días de la semana. Estas súplicas, a pesar de que son cortas, contienen profundos contenidos y enseñanzas para formar el estilo de nuestra vida y alcanzar la prosperidad eterna. [11] [12]
También, encontramos entre las obras del Imam Sayyad (P) el libro de Risala al-Huquq (Tratado sobre los Derechos) un libro muy particular. Este tratado contiene más de 50 derechos de cualquier individuo hacia los demás, y es en realidad un tratado de conductas morales, tanto en la vida personal, como en la social. Los derechos explicados en este tratado abordan diversas relaciones sociales de cualquier individuo; al igual que los deberes en relación a los padres, cónyuge, hijos, vecinos, maestros, estudiantes, creyentes, el Imam de la Oración Colectiva, el Gobierno, etc. [13]
La adoración y obediencia a Dios desde el punto de vista del Imam Sayyad (P)
La adoración a Dios no se limita solo en realizar las prácticas religiosas, tales como el ayuno y la oración. Se puede afirmar que si cada individuo en la comunidad islámica realiza correctamente sus labores relacionadas con la sociedad, ha realizado la mejor obra de adoración; ya que le ha obsequiado la bondad y la prosperidad a toda la gente. [14]
Las tareas de un musulmán incluyen una serie de obras, entre ellas las prácticas obligatorias (i.e. la oración y el ayuno), las tareas sociales, las tareas culturales y las tareas económicas. [15]. Si alguien se dedica a realizar obras recomendables sin prestar la atención debida a sus tareas obligatorias, no ha logrado realmente adorar a Dios como se debe. [16]
Al respecto, el Imam Sayyad (P) dice en una narración: “Quien cumple con las tareas que Dios le ha obligado, se encuentra entre las personas más obedientes a Dios”. [17] [18]
En esta narración, el Imam (P) quiere explicarnos que una persona obediente a Dios no es quien se aísla de la gente para dedicarse a la oración y la adoración. Una persona obediente es quien realiza todas sus tareas personales y sociales. Por ejemplo, durante el día se esfuerza por mejorar el estado de su sociedad y durante la noche se dedica a rezar y suplicar. [19] Este es el significado de la narración antes mencionada. [20] [21]
La filosofía del agradecimiento a Dios
Una de las peticiones que el Imam Sayyad (P) pedía a Dios en muchas de sus súplicas era el hecho de que pudiese agradecerle por Sus bendiciones. [22] Al respecto, el Imam Sayyad (P) dice en una parte de la Súplica Abu Hamza al-Sumali: “Nuestras obras (de agradecimiento) son muy insignificantes en comparación con Tus grandes bendiciones. ¿Cómo es posible comparar nuestras escasas obras con Tu inmensa generosidad?”. [23]
El Imam (P) dice en otra parte de esta súplica: “Oh Dios! ¿Acaso puedo agradecerte con mi lengua inhábil? ¿Acaso puedo complacerte aunque ofrezca mis mejores esfuerzos? ¿Cuál es el valor de mis palabras en comparación con la importancia de Tu agradecimiento? ¿Cuál es el precio de mis obras en comparación con Tus bendiciones y Tu misericordia?”. [24]
Se ha narrado que algunas personas le preguntaron al Imam Sayyad (P) “¿Por qué se molesta tanto por adorar a Dios con tanta dificultad; aunque usted es uno de los descendientes cercanos del Profeta del Islam (PBD)?”.
Como respuesta, el Imam Sayyad (P) les explicó que el mismo Profeta Muhammad (PBD) adoraba a Dios con mucha dificultad y que cuando la gente le preguntó al Profeta (PBD) sobre la razón de soportar tantas dificultades, él respondió: “Juro por Dios, que si hago todos mis esfuerzos, hasta que mi cuerpo se desprenda en pedazos y mis lágrimas se derramen y lleguen a mi pecho, nunca podré agradecerle a Dios por una décima parte de una de Sus bendiciones”. [25] [26]
Agradecerle a la gente por sus favores
Según las enseñanzas del Islam, cuando una persona nos hace un favor es muy recomendable agradecerle; ya que es posible que Dios, a través de las personas, nos otorgue alguna bendición, y estas personas como mediadoras entre nosotros y la bendición de Dios, merecen un agradecimiento. Por lo tanto, como el hombre agradece a Dios, debe agradecer también a la gente. El Imam Sayyad (P) dice en un hadiz:
En el día de la Resurrección, Dios interroga a su siervo “¿Acaso agradeciste a fulano?”. El hombre le responde: “Oh Señor! yo solo Te agradecí a Ti”. Dios le responde: “Tú no Me has agradecido porque no le has agradecido a Mi siervo.” A continuación, el Imam Sayyad (P) añadió: “Quien le agradece a la gente por sus favores y servicios puede agradecerle mejor a Dios”. [27] [28]
El Imam (P) dijo en otra narración: “Nadie está exento de la ayuda de los demás, aunque sea muy grande y virtuoso”. [29] Tomando en consideración esta narración, cuando una persona nos ayuda o nos ofrece algún servicio, debemos agradecerle por lo que ha hecho, aunque sea muy insignificante.
La imposibilidad de agradecerle a Dios como merece
Es obvio; que las personas pueden agradecerse uno a la otra por sus favores y servicios. Por ejemplo, tratan de recompensar el servicio de una persona con otro servicio, o por lo menos, lo agradecen verbalmente. Pero, las bendiciones de Dios son incomparables con los favores y servicios de la gente. ¿Quién puede agradecerle a Dios como Él merece por Sus grandes bendiciones, tales como: la salud, la razón, la guía divina y la fe? Incluso, el hecho de que podamos agradecerle verbalmente es otra bendición divina que requiere de un agradecimiento especial. Es por lo tanto; que el Imam Sayyad (P) dice en una letanía: “Oh Dios! ¿Cómo puedo agradecerte mientras que este mismo agradecimiento requiere de otro agradecimiento a Ti? Tú exhibes gratitud hacia aquel que Te agradece, en tanto que Tú Mismo le has inspirado el agradecimiento hacia Ti”. [31] [32]
De hecho, una de las mejores maneras para agradecerle verbalmente a Dios es confesarle nuestra incapacidad para agradecerle. [35]
El anhelo por el más allá, una característica destacada de los siervos devotos de Dios
Después del martirio del Imam Husain (P), su hijo el Imam Sayyad (P) prefirió aislarse de las actividades mundanas y dedicarse a la adoración, la educación moral y la auto-purificación. Se dice que la conducta del Imam Sayyad (P) inspiró a personalidades tales como Hasan Basri, Tavus Yamani e Ibn Sirin a seguir el camino del Misticismo Islámico. El Imam Sayyad (P) se dedicó a educar discípulos devotos y piadosos en una época donde el Gobierno trataba de erradicar la cultura islámica de la sociedad. [36]
El Imam Sayyad (P) dice en un hadiz: “Entre las señales de los siervos devotos de Dios, ellos tienen anhelo por el más allá y abandonan las cosas ilícitas y cuestionables en este mundo. No aman nada ni a nadie; salvo que este amor sea por Dios. Los siervos devotos de Dios son los que actúan por el más allá (no para este mundo)”. [37] [38]
La esperanza de recibir la inmensa misericordia de Dios
Hay algunas personas que están acostumbradas al pesimismo y piensan mal sobre la voluntad de Dios y el futuro de sus vidas. Tales personas, ven a todo el mundo en una oscuridad y creen que con las tentaciones satánicas y tanta maldad que existe en este mundo, es poco probable que el ser humano pueda salvarse y encontrar el camino correcto. Ellos creen que el mundo se está dirigiendo hacia el extravío y que la guía del ser humano es un asunto muy raro e inesperado. De hecho, tales ideas pesimistas son los pensamientos negativos inspirados por Satanás. [39] Al respecto, el Imam Sayyad (P) le dice a Hasan Basri: “El hecho de que la gente se dirija hacia el camino recto no es una cuestión extraordinaria, más bien, el hecho de que algunas personas sigan el camino del extravío es algo raro e inesperado. ¿Cómo es posible que la gente se extravíe con tanta misericordia de Dios?”. [40] El Imam (P) quiere decir que siempre debemos tener esperanza en que Dios nos guíe y no debemos perder la fe y la esperanza bajo ninguna condición. [41]
El Imam Sayyad (P) dice en una parte de la súplica Abu Hamza al-Sumali: “Oh Señor! cuando echo un vistazo a la gravedad de mis pecados, me asusto, pero cuando veo Tu misericordia, obtengo esperanza”. [42] [43]
Es de hacer notar; que aunque la esperanza en la misericordia de Dios es un asunto admirable, ésta por sí sola no puede garantizar la prosperidad del ser humano y su ingreso al Paraíso; ya que además de ello, el hombre debe tratar de cumplir correctamente con sus tareas y obligaciones divinas para que pueda recibir la inmensa misericordia de Dios. [44]
Significado del arrepentimiento desde el punto de vista del Imam Sayyad (P)
El arrepentimiento es en verdad una de las oportunidades que Dios Le otorga a Sus siervos para volver y compensar sus faltas. [45] El Imam Sayyad (P) dice en la letanía de los arrepentidos (Munayat al-Ta’ibin): “Oh Dios! Eres Tú el que abre la puerta del arrepentimiento frente a la gente. Eres Tú quien dijo: ¡Oh, creyentes! Volveos a Dios con un arrepentimiento sincero”. [46] [47]
Los Eruditos de la Ética Islámica consideran el arrepentimiento como el primer paso para purificar el alma. Incluso, algunos de los Sabios de la Jurisprudencia Islámica sostienen que es obligatorio arrepentirse inmediatamente después de cometer un pecado, y luego de ello, es necesario tratar de compensarlo de la mejor manera posible. [48]
En otra parte de la letanía de los arrepentidos, el Imam Sayyad (P) invoca a Dios con las siguientes palabras: “Oh Dios, mis faltas me han cubierto con una vestimenta de humillación, y mis pecados han tomado la vida de mi alma. Oh Dios, vivifica mi alma con el arrepentimiento”. [49]
Según esta súplica, el alma del ser humano puede morir por los pecados; hasta tal punto que el hombre alcanza una vida material sin gozar de ningún aspecto espiritual. Es por lo tanto; que algunas personas no escuchan ningún consejo, ya que el consejo no puede influenciar en las almas muertas. Sin embargo, según las palabras del Imam (P) el arrepentimiento es el remedio de este problema. Es decir; el hombre puede vivificar su alma mediante el arrepentimiento, y así puede volver a Dios y empezar de nuevo. [50] [51]
El arrepentimiento verdadero significa volver hacia Dios tratando de compensar los pecados cometidos sin tener intención de repetirlos. [52] Dios, por Su misericordia acepta el arrepentimiento de aquellos que se arrepienten verdaderamente y les recomienda que no desesperen de Su misericordia. [53] Dios siempre nos da oportunidades para volver y nos ha abierto muchas puertas hacia la prosperidad. ¿Por qué nosotros no pasamos por estas puertas y no volvemos hacia Él? ¿Por qué huimos de Dios mientras que Él es el Perdonador y acepta nuestro arrepentimiento? [55] [56]
Hay un famoso poema persa que dice: “Si has roto tu arrepentimiento más de cien veces, vuelve y no desesperes. Si has sido pagano, incrédulo e idólatra, vuelve y no desesperes. En el Reino de Dios no cabe ninguna desesperanza”. [57]
Vale la pena mencionar, que algunas personas cuando rompen su arrepentimiento, desesperan por la misericordia de Dios y suponen que Él más nunca las vas a perdonar. Esa es una idea pesimista y errónea acerca de Dios. Si el hombre rompe su arrepentimiento y repite algún pecado, debe volver otra vez y no debe perder su esperanza en la misericordia de Dios; ya que es posible que tal vez, después de varios arrepentimientos, pueda abandonar este pecado para siempre. [58] [59] [60]
Observaciones Finales
En la Escuela del Imam Sayyad (P) la súplica y las letanías tienen una posición destacada. A través de estas súplicas nosotros podemos familiarizarnos con la conducta del Imam Sayyad (P) y conocer su íntima relación con Dios, su amor y su devoción hacia Él. [61] [62]
Cabe destacar que las súplicas del Imam Sayyad (P) tienen un aspecto educativo; ya que mediante estas súplicas, el Imam (P) quiso enseñarle a la gente cómo hablar e invocar a Dios. Como el Imam (P) es una persona infalible que no comete ningún pecado, cuando habla del arrepentimiento y pide perdón a Dios, en realidad quiere enseñarle a la gente cómo expresar arrepentimiento por las faltas que han cometido. [63] [64]
La vida del Imam Sayyad (P) giraba alrededor del eje de la obediencia a Dios; y es por lo tanto que él rogaba a Dios con esta letanía: “Oh Dios! este mundo no tiene ningún placer sin Tu recuerdo. La vida del más allá no será agradable sin Tu perdón y Tu misericordia. Los corazones que están vacíos de Tu amor están impurificados y los días de mi vida son inútiles si no pasan en Tu obediencia. Oh Dios, haz que mi día empiece y termine con triunfo y prosperidad. Me refugio en Ti de un día que empiece con angustia y termine con sufrimiento”. [65] [66] [67] [68]
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