El evento, al que asistieron la alcaldesa de Ámsterdam, Femke Halsema, y el embajador palestino en los Países Bajos, Ammar Hijazi, tenía como objetivo proporcionar un espacio para el duelo y la reflexión comunitaria.

Janneke Stegmen, pastora de la iglesia, mencionó que todo el mundo ha sido testigo de un genocidio en el último año: «Sentimos que era necesario ofrecer un lugar donde la gente pudiera expresar sus emociones y llorar juntos».

El servicio incluyó oradores de religiones musulmana, judía y cristiana, que destacaron la naturaleza interreligiosa de las preocupaciones sobre el conflicto.

Stegmen elogió la diversidad en el evento y dijo que el genocidio en Gaza había preocupado a personas de todas las religiones.

Stegmen subrayó lo difícil que es entender la situación actual en la Franja de Gaza y dijo: «No hay suficiente empatía por las víctimas en Gaza. Es extremadamente difícil presenciar este genocidio».

En violación de una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que pedía un alto el fuego inmediato, Israel continuó su brutal ofensiva en la Franja de Gaza el 7 de octubre. En un año de incesantes ataques israelíes, más de 41.800 personas han muerto desde entonces, la mayoría de ellas mujeres y niños, y más de 96.900 han resultado heridas, según las autoridades sanitarias locales.