La Iglesia Católica celebró ayer la Solemnidad del Corpus Christi. Ese día, la Iglesia tributa a la Eucaristía -presencia real de Cristo- culto público y solemne de adoración, amor y gratitud.
En consecuencia, la procesión del Cuerpo y Sangre de Cristo que se realiza después de la misa principal del día, es la más importante de todas las procesiones. Por ello, luego de misa de las 11, ayer se celebró la procesión presidida por el obispo de la Diócesis de Villa María, Samuel Jofré Giraudo, acompañado de un grupo de feligreses que circundaron la plaza San Martín, culminando la fiesta en el atrio de la Iglesia Catedral.
La Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, como también es conocida esta celebración, tiene su origen en un milagro acontecido en el siglo XIII.
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