El Encuentro Arquidiocesano de Catequesis convocó a más de 500 personas en el Seminario Metropolitano de Buenos Aires para compartir una jornada de formación y renovación de la catequesis.
El Encuentro Arquidiocesano de Catequesis (EAC) convocó a más de 500 personas en el Seminario Metropolitano de Buenos Aires para compartir una jornada de formación y renovación de la catequesis en la Iglesia porteña.
El encuentro, que tuvo lugar el domingo 5 de marzo, comenzó con una oración guiada por el obispo auxiiliar de Buenos Aires, monseñor José María Baliña, quien invitó a realizar una lectio divina del Evangelio de la curación del sordomudo, en el que Jesús pronuncia la palabra “Effetá” para abrir los oídos y la lengua del hombre.
En pequeños grupos, los catequistas compartieron sus reflexiones y recrearon de la escena del Evangelio para predisponer el corazón a la jornada de trabajo.
La mañana continuó con la charla del presbítero Pablo Ardiles, que exhortó a los catequistas a narrar la catequesis. “Dios ama las historias”, aseguró, indicando que “no hay catequesis sin experiencia, porque no hay experiencia sin narración”, se trata de transformar la experiencia humana en experiencia divina.
Para renovar la catequesis desde la narración, los asistentes trabajaron sobre cómo las historias impactan e implican al receptor, lo hacen parte de ella. La narración permite entonces que el acto catequístico sea un acontecimiento de gracia, humano, comunicativo, comunitario, eclesial y pedagógico, que además se transforma al entrar en contacto con la Palabra y la experiencia de Dios.
Así, Andrés Castellano, quien encontró en el rap la manera de narrar su experiencia de fe, compartió algunas de sus canciones ante los presentes, personificando la invitación a buscar formas creativas de contar historias y experiencias.
Lo mismo hizo Ariel Glaser quien, a partir de una entrevista interactiva con el presbítero Alejandro Puiggari, dio testimonio de como la Palabra se encarnó en su vida y en sus canciones.
La jornada concluyó con la celebración de la misa presidida por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli concelebrada por los obispos auxiliares Juan Carlos Ares y Enrique Eguía Seguí, junto con otros sacerdotes de la Junta Arquidiocesana de Catequesis.
En la homilía, el primado de la Argentina reflexionó sobre cómo, en su ancianidad “la fe de Abraham es un abandono total y confiando en la promesa de Dios” que lo hace ponerse en marcha.
Recordó las palabras de Francisco en su visita al lugar donde “Dios le pidió a Abraham que mirara el cielo y contara las estrellas, y en esas estrellas vio la promesa de su descendencia, nos vio a nosotros”.
También vio a los catequistas, testigos de la experiencia de Dios, aseguró el cardenal Poli, porque “el Señor lo transforma todo en la medida en que seamos testigos de Él”.
Por último, el cardenal felicitó y agradeció a todos los catequistas. “El Seminario también es la casa de los catequistas”, les dijo. Al finalizar la celebración, los despidió con la bendición y la petición de que la llevaran a sus catecúmenos.
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