La rabina Barbara Aiello reconecta la comunidad ancestral con la historia judía, vínculos que casi se cortaron hace cinco siglos cuando la Inquisición obligó a los judíos a convertirse al cristianismo, publicó The Times of Israel.
UN REPORTAJE DE FRANCES D’EMILIO
Desde una pequeña y rústica sinagoga que construyó a partir de la casa ancestral de su familia en este pueblo de montaña, una rabina estadounidense cumple la promesa que hizo a su padre nacido en Italia: reconectar a las personas en esta región del sur de Calabria con sus raíces judías.
En el proceso, la rabina Barbara Aiello también está ayudando a revivir Serrastretta, uno de los muchos pequeños pueblos del sur que luchan contra la disminución de la población, ya que los jóvenes se van en masa para buscar trabajo y donde cada año las muertes superan en número a los nacimientos.
Además de la charla de los visitantes que acuden a su sinagoga, curiosos por aprender sobre judaísmo en la Italia predominantemente católica, las risas de los niños recién llegados resuenan en el pueblo. Esta primavera, la rabina ayudó a traer refugiados ucranianos, incluidos algunos con raíces judías, a vivir aquí por ahora y, según espera el alcalde de Serrastretta, tal vez de forma permanente.
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