Deberíamos preguntarnos de dónde nace tanto odio y qué relación tiene todo este odio con los medios de comunicación, la extrema derecha y los grupos ultras islamofobos.

La extrema derecha no ha dejado de atacar al islam en las redes sociales y los medios de comunicación; jamás ha prestado atención a la discriminación que sufren los musulmanes (salvo en casos muy puntuales) por lo que no debería extrañarnos que un fanático exaltado decida por su cuenta asesinar a un puñado de musulmanes a la salida de la Mezquita de Finsbury Park, (Londres). Los crímenes contra los musulmanes no han dejado de multiplicarse gracias, en gran medida, a la criminalización que sufren. De nada nos sirve que los medios de comunicación reconozcan que el crimen de la Mezquita Finsbury Park es un atentado. Nadie va a devolver la vida a la persona que murió. Lo único positivo que podrían hacer los medios de comunicación seria dejar de relacionar islam con terrorismo y tratar a los terroristas como delincuentes ajenos al islam, que actúan por intereses económicos ocultos o espurios a la religión, que es la realidad.

Cuando ante la gran masa de la población se criminaliza o se pone bajo sospecha a la comunidad musulmana entera porque un puñado de terroristas renegados y mercenarios se dedican a realizar matanzas indiscriminadas, la mente de los extremistas anti-musulmanes no deja de funcionar.

Jurídicamente, el único responsable penal del asesinato y atentado terrorista en la Mezquita de Londres es Darren Osborne, pero esto es una pequeña muestra de lo que se había publicado con anterioridad al atentado terrorista de la Mezquita de Finsbury Park en algunos medios españoles conservadores o de la extrema derecha:

- Cristofobia. Esto es el islam, ¿religión de paz?. Articulo de Hispanidad.

- ¿Islamofobia? De lo que no se habla es de cristofobia. Articulo de Hispanidad.

- Las hostias para los papanatas de Ahora Madrid por defender al islam en plena calle sin faldas y a lo loco. Articulo de Periodista digital.

- It's islam, stupid. Articulo de Periodista Digital.

- ¿Dónde están los musulmanes moderados?, se pregunta un investigador islámico. Artículo de Actuall.

- Tertsch: ante el mensaje totalitario del Islam solo cabe enfrentarse o someterse. Artículo de Actuall.

- ‘Basta ya de decir que la violencia no tiene nada que ver con el Islam’. Articulo de Gaceta.

- La primera guerra contra el islam. Artículo de “La Razón”.

- Los españoles pagan los privilegios de los musulmanes extranjeros. Editorial de Cesar Vidal.

Esto es solo una diminuta muestra del mensaje anti-musulmán que se difunde en las redes sociales donde reiteradamente se asocia el islam, o el islam radical, con los terroristas que jamás respetan los principios religiosos coránicos y además han hecho de los musulmanes sus principales víctimas en Siria, Iraq o Afganistán, por poner algunos ejemplos.

La mayoría de las denuncias que interpuso la asociación “Musulmanes contra la Islamofobia” no han prosperado por diferentes motivos. Es normal que la comunidad musulmana se sienta desprotegida, y no podemos extrañarnos de que cada día haya más exaltados anti-musulmanes dispuestos a utilizar, como chivos expiatorios de todos sus males, a los musulmanes. Podemos estar ante un círculo vicioso destructivo.

Muchos grupos ultras filonazis no han dejado de hablar del estallido de una guerra étnica y religiosa en Europa, donde la población blanca expulsará a la población no blanca y a los musulmanes. El islamófobo Breivik manifestó, después de asesinar a  77 personas, (la inmensa mayoría jóvenes socialdemócratas antirracistas), lo siguiente:

Si tuviéramos que esperar 20, 30, 40 años, los noruegos étnicos y europeos serán una minoría. Por tanto, no podemos esperar más, como se mencionó anteriormente, las intenciones y motivaciones se basan en el bien y no el mal.

El atentado terrorista de la Mezquita de Finsbury Park es un aviso de lo que puede pasar si no se toman las medidas necesarias para proteger a la población musulmana en Europa y se corta de raíz la islamofobia creciente. Podríamos estar ante una esfera de acción-rreacción entre atentados terroristas, lobos solitarios y ultras.