Esta semana hubo contactos directos entre la cúpula eclesiástica y Jefatura de Gabinete. Plantearon su malestar por el recorte a cooperativas, el debate por la despenalización y hasta el cierre de escuelas.
La nueva conducción de la Iglesia argentina asumió un rol más activo en sus intervenciones políticas. Con la bendición de Francisco, ha multiplicado sus acciones, pronunciamientos y contactos con las autoridades. En muchos casos, marcaron diferencias fuertes con decisiones del Gobierno, pero siempre privilegian el diálogo y las soluciones a la confrontación pública.
Los obispos evitan en todo momento involucrar a la principal figura de la Iglesia con los asuntos domésticos, pero también admiten que el magisterio del papa argentino es la principal inspiración de sus iniciativas. Para el Gobierno, se trata de una voz autorizada que actúa en plena sintonía con Francisco. La novedad surge por designación de monseñor Oscar Ojea como titular de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA). Fue elegido por sus pares en noviembre último, bajo la atenta mirada del canciller vaticano, Paul Richard Gallagher.
En las últimas semanas, el Episcopado expresó preocupación por distintas iniciativas del oficialismo, desde los cambios en los planes sociales hasta el cierre de escuelas en el Delta de Tigre. Mantienen un diálogo fluido y franco con las autoridades, pero no evitan los señalamientos y las opiniones discordantes, advirtieron fuentes al tanto de los contactos más recientes. Desde la ejecutiva de la CEA se emitieron opiniones sobre temas candentes como la reforma previsional y el debate abierto por la despenalización del aborto.
Según pudo reconstruir este medio, el oficialismo informó a Ojea que habilitaría el debate por la irrupción del embarazo. En estos contactos se informó que el Gobierno no auspicia la despenalización, pero tampoco podía frenar el debate. La cuestión es de altísima sensibilidad para la Iglesia, y la reacción institucional –al margen de las expresiones de miembros particulares, como el arzobispo de La Plata– fue moderada.
Un comunicado de la CEA reiteró hace dos semanas la posición de la Iglesia, pero también pidió que se “establezca como prioritaria la educación sexual integral de la ciudadanía”. Casualidad o no, en su discurso ante la Asamblea Legislativa, Mauricio Macri se refirió a esta cuestión, al señalar que la solución al problema de los embarazos adolescentes no deseados pasa por la formación: “La educación sexual es una herramienta que empodera a los jóvenes, los ayuda a tomar decisiones informados”.
Movimientos sociales. En las últimas semanas las distintas comisiones que integran la CEA comenzaron a trabajar sobre sus áreas y tendieron puentes con las autoridades. El lunes pasado, monseñor Jorge Lugones, jesuita a cargo de la Comisión de Pastoral Social de la CEA, mantuvo un contacto con el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana. Durante la reunión, planteó la preocupación de la Iglesia por el posible recorte de 720 millones de pesos en asistencia a planes de cooperativas, que incluye ropa, herramienta y material de construcción. Consultado por este medio, Quintana negó los contactos. Pero PERFIL pudo confirmar el encuentro reservado con múltiples fuentes. Estas fuentes también confirmaron una llamada de monseñor Ojea al secretario, preocupado por este mismo tema.
El encuentro coincidió con otra reunión, realizada horas más tarde, entre la ministra Carolina Stanley (Desarrollo Social) y representantes de los movimientos sociales que forman el Triunvirato de San Cayetano (Barrios de Pie, CCC y la CTEP). Juan Grabois (CTEP) y Emilio Pérsico (Movimiento Evita) fueron los encargados de abrir esta instancia de diálogo, tras meses sin un cara cara entre la titular de la cartera social y los representantes de organizaciones sociales. Allí se planteó la necesidad de acordar mecanismos consensuados de reforma.
Monseñor Ojea también mantiene canales de diálogo abierto por distintos temas con los gobiernos nacional y provincial. La semana pasada, se reunió con el secretario de Culto, Santiago de Estrada, y se espera que pronto concrete encuentros con la ministra Stanley y el canciller Jorge Faurie. En diciembre, habían tenido su primer contacto con Macri. Fue una reunión formal, que se realiza todos los años entre la CEA y el mandatario.
En su doble rol de titular de la CEA y obispo de San Isidro, se interesó incluso por la situación de las escuelas del Delta que iban a ser cerradas por iniciativa de la administración que encabeza María Eugenia Vidal. A través de un comunicado, el obispado de San Isidro se pronunció sobre los “cambios en las políticas de subvención” a centros educativos y “los anuncios que afectan a la comunidad del Delta”. Allí se expresó “preocupación” por los “conflictos que afectan en este momento el sistema educativo” y se informó que “se encuentran abiertas, pensando en cuidar siempre el funcionamiento de los centros educativos”.
A fines de enero, el presidente de la CEA visitó el Vaticano junto al cardenal Mario Poli, y los obispos Marcelo Colombo y Carlos Malfa. Tras el encuentro, Ojea dijo que el Papa los invitó a “ser valientes” para “iluminar las situaciones concretas de nuestra patria con el Evangelio” en un momento “histórico” de la Argentina. También dijo que intentarán “encontrar los cauces y llevar el magisterio del Santo Padre, que principalmente es un magisterio social muy importante”.
La palabra de Francisco
La Conferencia Episcopal, bajo la conducción de monseñor Oscar Ojea, tiene otra tarea además de expresar la doctrina social de Francisco en la Argentina. Se ha planteado como objetivo terminar con los voceros informales de Francisco y salir al cruce de las versiones periodísticas que consideran inexactas para que se privilegie la lectura directa de los textos de francisco. Por esta razón, su presidente, monseñor Oscar Ojea, salió al cruce de la cobertura del viaje a Chile del pontífice con un video en el que expresó sus propias impresiones, destacó la multitudinaria misa realizada en Santiago y llamó a escuchar la palabra de Francisco, antes que los relatos sobre su gira.
También emitieron un comunicado para dejar en claro que nadie habla en su nombre y él no se involucra en el “faccionalismo” político argentino. Un aliado en esta iniciativa fue Juan Grabois, tal vez el único que siempre aclara que no habla en su nombre.
Para evitar confusiones, renunció a su cargo de consejero vaticano. También evitó participar de una misa realizada por el obispo Jorge Lugones, titular de la Pastoral Social, junto a representantes de movimientos sociales.
Comentá la nota