La noticia del "deshielo" de Cuba y el acercamiento de Raúl Castro con el gobierno de Estados Unidos ha tenido como protagonista al Papa Francisco, quien está siendo un elemento clave en la intersección de los intereses de ambos.
Por ello el presidente de Cuba, Raúl Castro, quiso acercarse hasta el Vaticano para agradecer al Pontífice la labor mediadora que está llevando a cabo. En lo que ha sido descrito como un encuentro "cordial", uno de los más largos del Pontífice con un gobierno, hubo tiempo para el intercambio de regalos. El presidente ofreció al Papa una histórica medalla del 200 aniversario de la catedral de La Habana, de la que se hicieron sólo 25 ejemplares, y un cuadro de estilo contemporáneo que representa un inmigrante rezando arrodillado en la playa ante una cruz hecha de pateras.
Raúl Castro le presentó al pintor, quien explicó que el óleo está inspirado en su visita a los inmigrantes en la isla de Lampedusa.
Francisco, por su parte, le regaló a Castro un ejemplar de su exhortación apostólica "La Alegría del Evangelio", citando algunos pasajes sociales.
A su marcha, Castro bromeó pidiéndole al Papa que rezara por él, como es su tradicional despedida.
Entre las luces y sombras de este proceso están las preocupaciones del Papa Francisco:
- Por un lado, que el camino de reconciliación entre Estados Unidos y Cuba (anunciado 17 de diciembre) no sufra contratiempos ahora que empiezan la mejora en terrenos prácticos.
- Por otro, la transición política en la isla. El Vaticano por el momento prima que se haga de la forma más pacífica posible, aunque ello conlleve periodos más lentos y hacerlo más por la vía de lso hechos que de las declaraciones institucionales.
El Vaticano ha confirmado el viaje del Santo Padre a Cuba en septiembre antes de su llegada a Washington.
Mientras, un emocionado Raúl Castro compartía sus reflexiones tras el encuentro:
"Estoy muy impresionado por la sabiduría y la humildad del Papa. Cuando Francisco venga a Cuba voy a asistir a todas sus misas". "Leo todos los discursos del Papa. Si sigue así, volveré a la Iglesia católica. Aunque soy miembro del partido comunista, que no admitía a los creyentes, pero se han dado pasos adelante".
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