La peregrinación convocó a cerca de 4.000 personas y se cerró con una misa en la basílica. Se invocó a la Virgen por la unidad, la fraternidad y el espíritu de camaradería en la institución.
Cerca de 4.000 personas que forman parte de la Policía Federal Argentina participaron, el sábado 26 y domingo 27, de la 42ª peregrinación anual de la institución al santuario de Luján. Como cada año, con diversas expresiones de fe y alegría, los peregrinos llevaron a los pies de la patrona de los argentinos pedidos y agradecimientos varios, además de su compromiso de afianzar y de vivir en plenitud, día a día, la vocación de servicio que los caracteriza, encomendándose una vez más a su cuidado y protección.
La peregrinación, que este año fue acompañada por el lema “Madre, te invocamos en el presente, y te encomendamos nuestro futuro”, partió el sábado desde el Santuario de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers. Previamente, se llevó a cabo la invocación religiosa, la bendición de los participantes y de las imágenes peregrinas, y se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino, que fue interpretado por la agrupación sinfónica de la entidad policial.
La culminación de la peregrinación, se llevó a cabo el domingo, con la celebración de la misa en la basílica de Luján, celebrada por el capellán general de la Policía Federal Argentina, presbítero Diego de Campos, y concelebrada por los capellanes de la institución con asiento en la ciudad de Buenos Aires.
Uniéndose a los numerosos peregrinos, participaron también de la celebración eucarística el Jefe y el Subjefe de la Policía Federal, junto a toda la Plana Mayor institucional, ex jefes y ex subjefes, oficiales superiores, oficiales jefes, oficiales subalternos, suboficiales, agentes, auxiliares, personal de todas las jerarquías en situación de retiro, como así también directivos, docentes y alumnos de los distintos institutos de formación de la institución, entre otras autoridades, a los que se sumaron familiares y amigos de los presentes.
El presbítero de Campos invitó a todos los presentes a invocar a la santísima Virgen en el presente de cada uno, en la propia vida y en las circunstancias particulares; como así también en el presente de la institución, “para que ella continúe afianzando la unidad, la fraternidad y el espíritu de camaradería en la familia policial”. También animó a invocarla “en el presente de nuestro país, que tanto necesita que la Madre reúna a sus hijos argentinos, tan desunidos y enfrentados”.
En esa línea, el capellán general se refirió a la necesidad de encomendarle a esta advocación mariana “el porvenir, poniendo con toda confianza, bajo su amparo, el futuro personal de cada uno, el futuro de la institución y el futuro de la nación”.
Finalmente, los capellanes y el personal de la división clero policial, agradecieron a Dios, a la Virgen de Luján, a la institución, a su personal, a sus dependencias y a cada uno de los que, de muy distintas maneras, colaboraron para que esta peregrinación “haya comenzado, transcurrido y finalizado de la mejor manera”. “Tenemos el profundo gozo y la enorme convicción de que lo hicimos entre todos, y que ella, como Madre y Patrona, una vez más nos reunió en su casa”, manifestaron.
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