Monseñor Jorge Lozano disertó en el “Primer Coloquio Industrial” que se realizó en la provincia bajo el lema “Hacia un desarrollo territorial sustentable”. “La encuesta del INDEC sobre la pobreza nos conmovió pero no nos sorprendió”, dijo el obispo coadjutor de San Juan con referencia al informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos que señaló que la pobreza alcanza al 32,2% de los argentinos.

“Me dan mucha pena los números, lamentablemente no es un dato nuevo, son los datos que veníamos manejando desde el Observatorio de la Deuda Social de la UCA (Universidad Católica Argentina), datos que manejaban también algunos sindicatos, datos que venían siendo alarmantes desde hace muchos años, datos a los cuales arribó el INDEC con su propia metodología”, expresó Lozano.

Sin embargo, el futuro titular de la Iglesia sanjuanina afirmó que “no habría que mirar únicamente el 32% de pobres, sino también hay que mirar la generación de riquezas”.

“La pobreza la explicamos por una mala distribución de la riqueza, hay riqueza que se generó y se fue del país”, expresó en alusión a los 192 mil millones de dólares que los argentinos tienen en el exterior, no blanqueados, según lo señalado por la administración macrista.

Lozano indicó que en nuestro país “hay núcleos duros de pobreza y también nucleos duros de riqueza, y no habrá desarrollo sino se promueven condiciones de vida digna para todos los habitantes”.

“El desarrollo no se reduce simplemente al crecimiento económico, para ser auténtico debe ser integral a todo lo que hace al hombre”, reflexionó Lozano.

En concordancia con lo dicho por el Papa Francisco en su Encíclica “Laudato Si”, monseñor manifestó que “estamos llegando a una condición de agotamiento del planeta”.

“No damos tiempo a que los ciclos naturales se compongan, pensamos como hombres del Siglo XIX con maquinarias del Siglo XXI”, resaltó.

Lozano instó a la comunidad, a los industriales, a los empresarios, “a poner en juego la creatividad para que se desarrollen industrian y se creen puestos de trabajo, que no afecten al medio ambiente, a la tierra”.

A pesar de que muchos ven un horizonte oscuro, el sucesor de Alfonso Delgado, es optimista. “Estoy convencido que un futuro mejor es posible, pero reclama de nosotros una responsabilidad como generación: que escuchemos el clamor de la tierra y de los más pobres”.