El Patriarca latino de Jerusalén comenta la presencia del presidente israelí en el monasterio de Haifa el 9 de agosto: "Un gesto que confirma la determinación de combatir el doloroso fenómeno de los ataques y agresiones contra los cristianos". El futuro cardenal también se reunió con el Presidente palestino Abbas.
Por Francesca Sabatinelli
En un período difícil para Israel, de grandes tensiones y complicado también para la comunidad cristiana, la visita del presidente israelí Isaac Herzog y de su esposa al monasterio Stella Maris, representa "un gesto que confirma la determinación de combatir el doloroso fenómeno de los ataques y agresiones contra los cristianos".
El Patriarca latino de Jerusalén, Su Beatitud Pierbattista Pizzaballa, que será cardenal en el Consistorio del próximo 30 de septiembre, comentó así a Radio Vaticano-Vatican News la presencia del Jefe del Estado israelí en el Monasterio de las Carmelitas de Haifa, el 9 de agosto, que recientemente ha sido objeto de agresiones por parte de judíos extremistas, que reivindican su posesión, y que también han llevado a cabo ataques contra otros lugares santos cristianos del país, en particular en Haifa y Jerusalén.
La voz de Herzog, la más acreditada
Dando la bienvenida al presidente Herzog, indica un comunicado del Patriarcado, además de Pizzaballa, estaban los Carmelitas de Haifa, junto con el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Jerusalén Theophilos, así como los obispos y jefes de las Iglesias que, se lee en la nota, expresaron "su satisfacción por este acto que apoya el llamamiento a establecer un marco más estrecho de paz, entendimiento y convivencia". "En este momento un tanto complicado -explicó el patriarca-, especialmente para la comunidad cristiana, pero no sólo, es un momento de gran tensión dentro de Israel, entre israelíes y palestinos, y la voz del presidente israelí, especialmente en lo que se refiere a los ataques y agresiones contra los cristianos, ha sido una voz muy clara, muy decidida, quizá la única tan acreditada en el mundo político israelí, apreciada por todos. Y su visita a uno de los lugares más afectados en estos momentos es un gesto que confirma su determinación de luchar contra este fenómeno tan doloroso".
Combatir la cultura de la exclusión
Junto a Herzog, estaba presente en Stella Maris el jefe de la policía, Yaakov Shabtai, un signo claro, para Pizzaballa, de que se está "tomando el asunto en serio". El fenómeno de los atentados contra lugares santos cristianos, según el Patriarca, también ha creado algo positivo, a saber, "una mayor conciencia del problema que antes quizá se había subestimado demasiado". Sin embargo, según el Patriarca, la intervención policial por sí sola nunca resolverá la cuestión, porque "hay que trabajar en la raíz, es decir, en la educación para respetar la alteridad, algo que no está tan de moda en Tierra Santa en estos momentos". El patriarca subraya, por tanto, un enfoque excluyente de la vida social en lugar de inclusivo: "El otro es visto como una amenaza, Jerusalén es para mí, así que no puede ser tuya también, y así sucesivamente", lo que indica que pasará tiempo antes de que se resuelvan los problemas. Sin embargo, el hecho es "que se ha tomado conciencia, lo cual es un aspecto positivo en sí mismo". Este periodo sigue siendo muy difícil para la vida del país, y "no sólo por los ataques a cristianos, ya que el fenómeno que viven los cristianos forma parte de un fenómeno general de violencia". El problema es que "la falta de confianza genera violencia, por lo que hay que trabajar mucho sobre todo a nivel religioso entre cristianos, judíos y musulmanes, para que esta cultura de exclusión del otro no cale demasiado hondo en la conciencia de la población".
La esperanza de Mahmoud Abbas
Una esperanza expresada también por el Presidente Mahmud Abbas, con quien Pizzaballa se reunió también el 9 de agosto, en Ramala. El líder palestino, que quiso reunirse con el Patriarca para una visita de cortesía -le felicitó por su nombramiento como cardenal-, pero también para "una evaluación de la situación", subrayó "una cosa muy bella", dijo Pizzaballa: "Es un momento en el que no se escucha mucho a los que quieren la paz, pero debemos seguir buscando a estas personas, porque llegará el momento en que las necesitaremos".
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