Dirigentes de Unión por la Patria vinculados al Sumo Pontífice se reunieron en una tanguería porteña para homenajearlo. “Rezamos para que venga a la Argentina”, indicaron
Por Joaquín Múgica Díaz
Dirigentes peronistas de la ciudad y la provincia de Buenos Aires se reunieron en la noche de ayer para recordar y homenajear al Papa Francisco a 11 años de su asunción. El escenario elegido fue la tanguería Cátulo, ubicada en el Abasto, y la organización estuvo a cargo del grupo Perspectiva Sur, fundado en el 2014 para discutir el rumbo y la influencia del mandato papal en la región.
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Todos los oradores que formaron parte del encuentro tienen una relación directa con el sumo pontífice, construida, en muchos casos, antes de que llegara a la cúspide la Iglesia Católica. Los une un vínculo personal y político, además de unos cuantos momentos juntos a lo largo de los años de papado, y como Arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires.
En la mesa dispuesta sobre un escenario se sentaron el ex ministro de Agricultura Julián Domínguez; el ex titular de la Sindicatura General de la Nación Carlos Montero; el ex secretario de Culto, Guillermo Oliveri; el diputado nacional Eduardo Valdés; el titular de la Auditoría General de la Nación (AGN) Juan Manuel Olmos y el director de la fundación Scholas Ocurrentes, Enrique Palmeyro.
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Uno de los temas que resaltaron fue la predisposición que hubo del Papa y de Cristina Kirchner en el 2013 para resolver, con cierta rapidez, la tensión que se había generado entre el kirchnerismo y Bergoglio en las horas posteriores a su nombramiento al frente del Vaticano y de la Iglesia.
Del evento participaron dirigentes del peronismo vinculados con el sumo pontífice
Domínguez, que en ese entonces era presidente de la Cámara de Diputados, contó que en el momento que se conoció el nombramiento del Papa, el bloque peronista no quiso parar la sesión para saludar y rendir homenaje al protagonista de un hecho histórico: un Papa argentino. Una muestra de las rispideces que existían con el entonces arzobispo porteño por sus críticas a la gestión K.
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“Muchos diputados no quisieron parar la sesión. Muchos que después se convirtieron apasionadamente y pudieron comprender el proceso histórico”, dijo, con ironía, el ex ministro nacional. Y agregó: “Francisco nos interpeló y cuando quisimos encasillarlo en una concepción tradicional, no entraba en ninguna”.
Sobre ese tema hablaron también Valdés y Oliveri. “Bergoglio quiso resolver rápido las diferencias que se decían que existían entre él y el gobierno de Cristina”, sostuvo el ex embajador ante el Vaticano, luego de que se mostrara en una pantalla gigante la homilía que el entonces arzobispo hizo el día de la muerte de Néstor Kirchner, refiriéndose a su influencia como líder político, su legitimidad popular y el dolor que sus familias, compañeros de militancia y opositores sentían tras su repentino fallecimiento.
En tanto, el ex secretario de Culto de los últimos cuatro mandatos peronistas contó cómo fue el momento en que se enteró del nombramiento de Francisco. “Estaba con mi equipo en la oficina y nos quedamos en shock. Hubo gritos. No habían pasado ni dos minutos, cuando me avisan que Cristina quería hablar conmigo. Atiendo el teléfono y Mariano, su secretario, me comunicó con ella: ‘Guillermo, Bergoglio es Papa. Prepará todo que nos vamos a Roma’”, detalló el ex funcionario, sobre el diálogo que tuvo lugar en ese momento de sorpresa mundial. Con esa descripción quiso dejar en claro que la ex presidenta nunca especuló con el nombramiento papal, más allá de las diferencias que pudieran existir por los vaivenes de la política doméstica.
Valdés y Olmos, dos de los actores presentes en la reunión
Después contó que, a través de una gestión realizada por él y quien era embajador ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, Bergoglio recibió a Cristina Kirchner en un almuerzo previo a su asunción. Un encuentro que duró dos horas y que marcó el buen vínculo que unió a Francisco y la Presidenta en los años siguientes.
Durante su intervención, Valdés resaltó su labor en la pastoral porteña, el armado de la congregación de curas villeros y la forma de vivir que eligió. “El nombre Francisco – por San Francisco de Asís – hay que predicarlo y vivirlo. Ningún Papa se lo había puesto antes”, sostuvo.
También destacó su rol como mediador entre Estados Unidos y Cuba para que, tras un pedido del presidente Barack Obama, interceda para lograr que se abran embajadas de ambos países, en forma simultánea, en Washington y La Habana, luego de largos años de conflictos diplomáticos y bloqueo económico.
Además, resaltó su rol en el acompañamiento a los refugiados libios e iraquíes, y sus gestiones para frenar la invasión norteamericana a Siria. “Abrió canales de comunicación entre diferentes países y religiones. Después en Estados Unidos llegó Donald Trump y empezó la época de los muros”, precisó, en referencia a la política migratoria del ex presidente republicano en la frontera con México.
El ex ministro de Agricultura Julián Domínguez (Fuente)
En ese recuento de acercamientos e intermediaciones del sumo pontífice, Valdés dejó una de las frases más destacadas de la noche: “En la historia de los papas, Francisco es el mayor constructor de puentes y destructor de muros”.
Julián Domínguez fue uno de los oradores que hizo más hincapié en la forma de vivir de Bergoglio. “Francisco vino a mostrar la coherencia entre lo que decía y lo que hacía. Fue de la villa al Vaticano. Cuando llegó a Papa, vivió como pensó. Fue coherente con su compromiso y su opción preferencial”, señaló.
También resaltó la homilía que hizo Francisco en la Semana Santa posterior a su asunción al frente del Vaticano, en la que le pidió a más de mil sacerdotes que “vayan a las periferias donde hay sufrimiento y sean pastores con olor a oveja”.
“Fue un mensaje también para la dirigencia política. Dirigentes con olor a pueblo. El que no se sintió interpelado, se hizo el zonzo”, expresó. Y siguió: “Nos interpela en nuestra existencia y en nuestros valores. Les pide a las nuevas generaciones que no pierdan la visión de futuro. Es el camino que nos deja para que nosotros recorramos”.
El ex secretario de Culto Guillermo Oliveri (Fuente)
Juan Manuel Olmos tiene una relación estrecha con Francisco que atraviesa el papado. Bergoglio casó a sus padres en 1970, lo bautizó a él y también a todos sus hijos. “Para muchos fue una sorpresa un Papa tan cercano a la gente y a los que más sufren. Para los que lo conocíamos de antes, no. Ya sabíamos de su trabajo combatiendo talleres clandestinos, incentivando la organización en las villas para lograr la urbanización y dándole visibilidad política al grupo de curas villeros apadrinados por él”, expresó.
Olmos resaltó la inclusión de las tres T por parte del Papa, en referencia al pedido de Francisco para que a ninguna persona le falte tierra, techo y trabajo. Reclamo que en la política nacional fue amplificado por el dirigente social Juan Grabois. “Mantiene una coherencia a lo largo de los años y desde que eligió su nombre como Papa hasta hoy”, advirtió.
“Si algo hizo fue un papado popular, cerca de la gente. Sin la pompa y la circunstancia que da el cargo. Quienes pudimos conocer su vida en Roma, sabemos dónde vive, cómo vive, los gustos que tiene y las cosas que hace. Abrió los brazos para tener una iglesia grande, no una iglesia cerrada y conservadora. Una iglesia que no solo discuta la doctrina de la fe, sino también que abrace y acompañe”, sostuvo.
Por último, afirmó: “Para el que lo suceda en el cargo, va a ser muy difícil cerrar la iglesia. Él abrió las puertas para que volvieran muchos, para que no se sintieran discriminados por su condición sexual o su marginalidad. Hizo una iglesia de iguales. Ese será su legado”.
Juan Manuel Olmos
Olmos, al igual que Oliveri, coincidieron en remarcar que sería “muy importante” que el Papa visite la Argentina en el corto plazo. “Soy de los que quiere que venga. Él suele pedir que recemos por él. Yo rezo para que venga. Lo amamos mucho acá. Tiene que ser profeta en su tierra”, explicó el titular de la AGN.
“Nos da cierta melancolía que un hombre que está trazando un camino fundamental en la iglesia y en el mundo, no venga a la Argentina. Estamos perdiendo un tiempo valioso para que no esté en el país. Es importante que él esté en contacto con su pueblo, más allá de quien gobierne”, resaltó el ex secretario de Culto.
Todos esperan a Francisco en Argentina. Pero todos aseguran que, tal como se los dice a sus íntimos, dependerá de su salud.
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