Las actividades organizadas por la comunidad salesiana para celebrar al santo de la patagonia concluyeron este domingo con una batería de celebraciones en el parque Jorge Ferreira, donde se realizó una misa concelebrada por medio centenar de sacerdotes.
La lluvia y el viento no fueron impedimento para que cientos de fieles de la comunidad católica participaran en Viedma de la celebración que se desarrolló este fin de semana para celebrar la reciente santificación de Artémides Zatti, el «enfermero santo de la Patagonia».
El enfermero Artémides Joaquín Desiderio María Zatti, quién desarrolló toda su obra en la capital rionegrina, es el tercer santo argentino y el primero de la Congregación Salesiana, con destacada presencia en la Patagonia, en más de 70 años.
Su canonización en el Vaticano fue tres semanas atrás y durante este fin de semana se desarrollaron los festejos y actividades organizadas por la comunidad salesiana. Este domingo concluyó esa batería de celebraciones en el parque Jorge Ferreira, donde se montó un enorme escenario para realizar la ceremonia central con una misa concelebrada por medio centenar de sacerdotes.
En el escenario se encontraba un altar, donde se ubicaron los restos de San Zatti en una urna que trasladaron a la misa desde la parroquia Don Bosco de Viedma. También estuvieron presentes familiares directos del flamante Santo que residen en Bahía Blanca y localidades del sur de la provincia de Buenos Aires.
“Pedimos la santidad, es el regalo más lindo, vivir el Evangelio de Jesús. Allí está todo, y qué distinto sería el mundo si el Evangelio nos llega al corazón”, dijo el obispo local, Esteban Laxague, quien presidió la misa.
“Zatti santo intercede por nosotros ante Dios y nos ayuda a vivir el evangelio como camino para realizarnos, Dios nos visita y la alegría más grande de Dios es encontrarse con sus hijos y con sus hijas”, sostuvo Laxague en su homilía.
La celebración contó con la participación del arzobispo de Bahía Blanca, ,mns. Fernando Croxatto, el obispo de Zarate-Campana Pedro María Laxague, el obispo emérito de Río Gallegos Juan Carlos Romanín, y sacerdotes y diáconos venidos de distintos puntos del país, así como también estudiantes de teología de Uruguay.
También participaron de la misa el vicegobernador Alejandro Palmieri y los intendentes de Viedma, Pedro Pesatti y de Patagones, José Luis Zara; además de distintas autoridades políticas y de las fuerzas de seguridad.
A su término se realizó una peregrinación por la costanera de la capital, con las reliquias del santo. Tras un recorrido de unos 3 kilómetros, la caminata culminó en la parroquia Don Bosco donde hubo un almuerzo compartido por todas las delegaciones, un patio de oratorio, juegos y actividades culturales. El cierre fue la bendición final para todos los participantes.
Los festejos de la santificación se iniciaron el sábado con el arribo de las distintas delegaciones de Luis Beltrán, Chimpay, Roca, Cipolletti, Comodoro Rivadavia, Trelew, Rawson, Bahía Blanca, Buenos Aires, General Pico, Santa Rosa y Toay, en especial jóvenes de entre 15 y 25 años que se alojan en los colegios Zatti, Vecchi, San Francisco de Sales y Ceferino, y en la Casa de Retiro del complejo salesiano.
En el Círculo Católico de Obreros se reunieron familiares directos del santo compartieron un almuerzo y recordaron vivencias propias y aquellas que les contaron quienes conocieron la labor de Zatti en la capital rionegrina.
También hubo otras actividades, siempre organizadas por la comunidad salesiana, que tuvieron como epicentro la parroquia Don Bosco. Los peregrinos de distintos lugares, en especial jóvenes de comunidades de la región y el sur del país, recorrieron los distintos lugares que tuvieron a Zatti como protagonista mientras desarrolló toda su obra de servicio al prójimo.
El pasado domingo 9 de octubre la Iglesia Católica, encabezada por el Papa Francisco, nombró a Artémides Zatti como uno de sus nuevos santos. En Argentina, el milagro que lo declaró beato fue por la recuperación del sacerdote salesiano Carlos Bossio, quien sufrió una septicemia múltiple en la década del ’80 y estuvo más de un mes internado en el hospital Muñiz de Buenos Aires. Luego de que los médicos le retiraran la medicación por considerar que no había más alternativas, el religioso se recuperó.
La Iglesia supo que sus compañeros de seminario habían hecho dos novenas a Don Zatti pidiendo su recuperación y se consideró como el primer milagro. El otro ocurrió en 2016 en Filipinas, donde una persona sufrió un accidente cerebro vascular (ACV) masivo, y los médicos dijeron que no tenía salvación.
El paciente tenía un hermano que también era Coadjutor Salesiano y fue él quien invocó a Zatti para su curación y el hombre sanó sin secuelas, lo cual se consideró un milagro tras la rigurosa investigación realizada por la Iglesia.
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