"El camino va desde los pobres y con los pobres hacia todos", recordó en su primer mensaje a la comunidad. Marcha previa desde la basílica de San Ponciano a la catedral. Participaron autoridades y en el atrio saludó al gobernador bonaerense Axel Kicillof.
Monseñor Gustavo Carrara inició este sábado su ministerio como arzobispo de La Plata con una marcha desde la basílica de San Ponciano hasta la catedral, donde en su primer mensaje a la cominidad, pidió: "No dejen que me la crea". Es el primer "cura villero" que llega al gobierno pastoral de esta jurisdicción eclesiástica, una de las más grandes del país.
El nuevo arzobispo asumió con un fuerte mensaje social apuntando a la solidaridad. "No dejan que me la crea", le pidió a los fieles en el primer tramo de su mensaje.
Un rato antes, había encabezado una "marcha de la esperanza" que arrancó en el santuario arquidiocesano de María y todos los Santos, basílica y parroquia San Ponciano y terminó en la catedral.
Acompañaron la procesión sacerdotes del clero arquidiocesano y también de otras jurisdicciones, los Hogares de Cristo, de Cáritas, y una multitud de fieles llegados desde diversos puntos de la ciudad y desde la provincia bonaerense, que colmaron las calles y luego la catedral.
Previamente, Carrara saludó en las escalinatas de la basílica al gobernador bonaerense Axel Kicillof.
Una vez llegados al templo, inició la misa solemne en la que se dio lectura a las letras apostólicas y el nuncio apostólico, Miroslaw Adamczyk, entregó el báculo al nuevo pastor.
La Eucaristía fue concelebrada por los obispos auxiliares, Mons. Alberto Bochatey OSA, Mons. Jorge González y Mons. Federico Wechsung; el arzobispo de Buenos Aires, Mons. Jorge García Cuerva; el arzobispo de Bahía Blanca, Mons. Carlos Azpiroz Costa OP, y un grupo numeroso de obispos de otras diócesis.
En las primeras filas estuvieron los intentendentes de La Plata, Julio Alak; y su jefe de Gabinete, el jefe de Gabinete de la Municipalidad de La Plata, Carlos Bonicatto; el intendente de Ensenada, Mario Secco; de Berisso, Fabián Cagliardi; de Magdalena, Lisandro Hourcade; entre otras autoridades.
Durante la celebración eucarística, se mostró a los fieles el mandato apostólico con el que el Papa Francisco lo nombró arzobispo de La Plata. Antes el texto fue leído como paso previo a la designación formal.
"Después de la renuncia de su último pastor, el venerable Gabriel Mestre, hemos vuelto la atención a la Iglesia platense, dada la responsabilidad que se nos ha confiado, debido a que espera un nuevo arzobispo, deseamos que ahora seas tu, para que brille allí el resplandor de la fe como brilla la plata pura", dice un tramo de ese mandato antes del nombramiento formal.
En sus primeras palabras, Carrara habló de la peregrinación de la esperanza que había encabezado unos minutos antes, desde San Ponciano, con el inicio del Jubileo, que se celebra cada 25 años. E inmediatamente les hizo un pedido a los fieles platense: "Les pido por favor, recen por mi para que no me la crea y pueda anunciar que Jesús es nuestra esperanza".
"Jesús es importante y mi misión como obispo es semejante a la de Juan Bautista, ayudar a provocar el encuentro con Jesús".
"El camino de Jesús comenzó en las periferias, va desde los pobres y con los pobres hacia todos y esta es la dinámica que queremos aprender porque es la Iglesia que Jesús soñó", dijo en otro tramo marcando la impronta que pretende darle a su arzobispado.
En otro tramo de la homilía, Carrara recordó que la arquidiócesis "comprende los partidos de La Plata, Berisso, Ensenada, Magdalena y Punta Indio. Estamos llamados a discernir, ‘a la luz del Evangelio y de la experiencia humana’, cuáles son los signos de nuestros tiempos que más necesitan ser transformados en signos de esperanza”.
“Para ello, por mi parte tengo que escuchar mucho, para ir luego haciendo mi aporte como pastor. Esto me entusiasma porque el camino sinodal empieza escuchándonos desde el corazón unos a otros, para ponernos juntos a la escucha del Espíritu Santo, el Espíritu que enciende la esperanza. Él nos impulsará a no quedarnos quietos, a no dejar que se estanque y se corrompa el agua de nuestro bautismo y a ser sembradores de esperanza, en el camino, al estilo de Jesús”, aseveró.
Y finalizó: “Agradezco mucho por todo lo que rezaron por mí en este tiempo y les pido por favor que no aflojen, para que el Espíritu me inspire los caminos para que podamos compartir con los pobres la alegría del Evangelio”.
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