La Pastoral Social de Córdoba animó a votar con conciencia y responsabilidad

La Pastoral Social de Córdoba animó a votar con conciencia y responsabilidad

En una declaración, pidió a la ciudadanía acudir a las urnas, pese al desencanto con la política. "El voto es la manera más concreta y decisiva de participar y de expresarnos en democracia", recordó.

La Comisión arquidiocesana de la Pastoral Social de Córdoba pidió a la ciudadanía acudir a las urnas para votar con conciencia y responsabilidad, pese al desencanto “evidente” con la dirigencia política, que se ha reflejado en el bajo porcentaje de personas que concurrieron a los actos eleccionarios ya realizados.

“¡La apatía crece y se contagia!”, se advirtió, e insistió en señalar “lo importante y decisivo que es poder elegir a nuestros representantes y gobernantes”.

“No dejemos que el desencanto y el desaliento nos lleven a creer que no votar es lo mejor”. “No votar no cambia lo que quisiéramos que cambie. No votar es un modo de protesta entendible, pero infructuoso y perjudicial para la democracia que tanto nos costó. Votemos y alentemos a votar”, sostuvo.

La Pastoral Social cordobesa sugirió conocer a los candidatos, sus propuestas y sus trayectorias, y pidió: “Interioricémonos en el modo de votar, en el funcionamiento de las herramientas de sufragio (boleta única, ‘papeleta partidaria’ o voto electrónico, según corresponda)”.

“Celebremos este aniversario de la democracia y honremos a nuestra Patria, asistiendo a votar y eligiendo a nuestros gobernantes y representantes con libertad y responsabilidad”, concluye el mensaje.

Texto de la declaración

A comienzos de año, desde la Pastoral Social de Córdoba enviamos una carta a los dirigentes políticos. Nos motivó el inicio del año electoral y la celebración, en diciembre próximo, de los 40 años de continuidad democrática en Argentina. En esta oportunidad queremos llegar a los ciudadanos con un breve aporte para la reflexión.

Una característica que se viene dando en este año electoral es el bajo porcentaje de ciudadanos que concurre a las urnas. El desencanto con la política es evidente, y el porcentaje tan bajo de votantes expresa, en parte, esta realidad.

Mucha gente experimenta un descontento hacia la dirigencia política que, en 40 años de democracia, no ha logrado resolver problemas graves como la pobreza, el acceso a educación, salud y seguridad de calidad. En tantas conversaciones se pone de manifiesto el enojo y el descontento, y una creciente apatía o desinterés ante la política y las y los políticos.

Muchos dirigentes no sintonizan ni empatizan con millones de argentinos que sufren la exclusión; y, en cambio, invierten sus energías en enfrentamientos estériles, en internismos feroces, en obsesivas búsquedas de poder para dominar en lugar de para servir a las personas y al bien común.

Estos y otros motivos desalientan a muchos ciudadanos a la hora de votar. ¡La apatía crece y se contagia! No obstante, tenemos que insistir en lo importante y decisivo que es poder elegir a nuestros representantes y gobernantes.

Elijamos con conciencia y responsabilidad

El voto es la manera más concreta y decisiva de participar y de expresarnos en democracia. Es un compromiso y un deber cívico intransferible y muy importante. El voto es la herramienta que tenemos para expresarnos, para que nuestros reclamos estén sostenidos con nuestro compromiso concreto.

No dejemos que el desencanto y el desaliento nos lleven a creer que no votar es lo mejor. No votar no cambia lo que quisiéramos que cambie. No votar es un modo de protesta entendible, pero infructuosa y perjudicial para la democracia que tanto nos costó. Votemos y alentemos a votar.

Si encontramos motivos para la desesperanza, para descreer y para sostener que las cosas “no van a cambiar”, con más razón tenemos que comprometernos, procurar que nuestro voto esté de acuerdo con los valores que creemos importantes para la sociedad y para la democracia. Si no nos comprometemos, no podremos exigir después.

Participar en la vida democrática con el voto es esencial, pero no es lo único. Para mejorar la calidad de una democracia es necesario que las y los ciudadanos de buena voluntad se involucren, además, en la política, en los centros vecinales, en los clubes, en las asociaciones intermedias o del “tercer sector”. Como dice el papa Francisco, “hay que ponerse la Patria al hombro”.

Una responsabilidad de todos

Todos los poderes del Estado -en sus tres niveles-, las instituciones de la sociedad civil y cada ciudadano, es decir, todos debemos consolidar la cultura cívica y democrática. Los adultos transmitamos a las jóvenes generaciones la importancia de asistir a las urnas. Es un derecho y un deber.

En este sentido, es necesario que las autoridades y los tribunales electorales sirvan, sobre todo, al interés de los ciudadanos de conocer con certeza y transparencia los resultados de los escrutinios, en lugar de privilegiar los intereses partidarios oficialistas u opositores, o los intereses económicos-tecnocráticos de las empresas que se contratan para tal fin. Las reiteradas malas experiencias de escrutinios demorados, improvisados y accidentados atentan contra la transparencia que debe tener el sistema electoral, y también socavan la confianza de los ciudadanos.

Procuremos conocer a los candidatos, sus propuestas y sus trayectorias. Interioricémonos en el modo de votar, en el funcionamiento de las herramientas de sufragio (boleta única, “papeleta partidaria” o voto electrónico, según corresponda).

Celebremos este aniversario de la democracia y honremos a nuestra Patria asistiendo a votar y eligiendo a nuestros gobernantes y representantes con libertad y responsabilidad.

Más información en www.pastoralessocialescba.org.ar.+

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