Líder de una iglesia secreta, el pastor Azamat pide a los cristianos que oren por los que son perseguidos por la fe.
UZBEKISTÁN,ÁFRICA-. A los 40 años, Azamat desempeña un papel muy importante en Uzbekistán (África). Él actúa como un líder cristiano clandestino en el país que fue clasificado como el 16º peor lugar para que viva un creyente en Jesús. Se convirtió a principios de los años 90, después de haber sido curado de intensos dolores de estómago.
Desde su conversión, ha sido utilizado por Dios para dirigir pequeñas iglesias domésticas, con reuniones en las casas de los miembros de forma oculta.
Además, lidera un ministerio infantil, que también existe ilegalmente. El motivo del secreto es el hecho de que la policía secreta monitorea de cerca todas las actividades religiosas.
Además de reunirse en secreto, necesitan tener cuidado con los informantes que acaban infiltrándose en las reuniones realizadas por los cristianos, que luego son detenidos, interrogados y multados. Azamat compartió sobre un episodio que le ocurrió y que no fue nada agradable, siendo considerado por él como “los siete minutos más largos de mi vida”.
Violencia extrema
El líder fue secuestrado por policías y luego tratado con violencia extrema.
De acuerdo con él, su esposa e hijos ni imaginan lo que le sucedió. Dice que prefiere no comentar con ellos, pero compartió de forma secreta con el reportaje de Puertas Abiertas. Por lo tanto, su nombre ha cambiado, justificando motivos de seguridad.
Sólo quien sabe la agresión que sufren algunos líderes de su iglesia y, ahora, colaboradores del ministerio que apoya a la iglesia perseguida, por lo que ha hecho público a todos que oren por los cristianos que sufren. Azamat dijo que fue atrapado violentamente por la policía secreta y luego fue llevado a los oficiales durante unos 7 minutos.
Ministerio arriesgado
Desafortunadamente, su iglesia fue cerrada a la fuerza. Por eso, los fieles se trasladaron a una “iglesia subterránea”, totalmente clandestina. Entonces, los cultos tuvieron continuidad, pero ahora ya no podrían reunirse con los niños y los jóvenes, como lo hacían antes. De acuerdo con el líder, su ministerio es vibrante, pero muy arriesgado.
A pesar del poco alcance, Azamat alienta a los niños a la lectura de la Biblia y les anima a relatar las historias a sus padres. Al final de la entrevista, el líder reveló que, en varias ocasiones, pensó en desistir de ese trabajo. Por eso, pidió oraciones. Él afirma que Dios siempre le muestra a las personas que están intercediendo y que por eso encuentra fuerzas para continuar. “Por favor, cuente mi historia. Yo agradezco a todos los que oran por mí. Estas oraciones son poderosas. No dejen de orar por la Iglesia“, concluyó el líder.
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