Claudio Avruj- Presidente Honorario del Museo del Holocausto
Seria muy bueno y un acto de salud institucional que la AFA revierta su decisión de anular la sanción impuesta de 10 fechas al jugador Arnaldo González de Nueva Chicago quien en el encuentro ante Atlanta disputado el 8 de marzo de 2020, realizó gestos antisemitas a la platea tras ser expulsado, es un grave error ya que que pone de manifiesto la liviandad con la cual se asumen políticas activas contra la discriminación.
Es que con decisiones de este tipo caen en saco roto las frecuentes adhesiones a campañas públicas, firma de acuerdos y convenios con instituciones educativas y/o defensoras de derechos humanos y adhesiones a resoluciones internacionales en favor de la diversidad e integración.
Como en la vida, las instituciones deben mantener una sola línea. Se debe ser y parecer.
La AFA tiene como rol fundamental junto a la organización, desarrollo y promoción del fútbol argentino, el de la educación.
Una educación basada en el respeto al prójimo por sobre todo.
La posibilidad que brinda la penetración del fútbol en la vida de todos los argentinos, los modelos a imitar que pone a disposición junto a los sueños e ilusiones que despiertan en los más jóvenes le exige a quienes tienen la responsabilidad de conducir la máxima atención, compromiso y sensibilidad.
El fútbol que está reglado y reglamentado. Aún en el superprofesionalismo que vive hoy sigue manteniendo su esencia que es la competencia basada en el respeto y la caballerosidad.
Cuando un claro acto de discriminacion se produce y que además tuvo como como destinatarios el público excede las consecuencias naturales del juego. Está más allá de las infracciones que en un juego de roce como es el fútbol pueden darse y para lo cual las sanciones están prevista.
Que el jugador deba cumplir la sanción impuesta por la justicia de realizar la probation en el Museo del Holocausto no debería excusarlo de cumplir la sanción deportiva. Es lamentable la decisión de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
Vivimos una época donde nuestra calidad de vida se ve debilitada como consecuencia de la indiferencia al respeto a los valores y la etica permanentemente.
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Las instituciones de la sociedad civil tienen una función fundamental en pos de fortalecer nuestra convivencia en la diversidad y las más poderosas más aún. La AFA con esta decisión no supo verse en ese lugar. Una verdadera pena, un enorme retroceso, una alarma para todos. La AFA tiene la posibilidad en sus manos de estar del lado de todos.
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