Entrevista con el cardenal Secretario de Estado del Vaticano sobre la reciente elección presidencial que llevará a Donald Trump a la Casa Blanca a partir de enero el próximo año; «Que se ocupe del drama en Siria»
ANDREA TORNIELLI - CIUDAD DEL VATICANO
El Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, felicitó al apenas elegido presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, expresando respeto por el proceso democrático que llevó a su elección; además expresó el deseo de que el nuevo inquilino de la Casa Blanca trabaje al servicio de su patria y también por el bienestar y la paz en el mundo.
Eminencia, ¿qué le parece la elección de Trump?
Antes que nada, hay que tomar acto con gran respeto de la voluntad expresada por el pueblo estadounidense con este ejercicio de democracia, que estuvo caracterizado por una gran afluencia a las urnas, por lo que hubo una gran participación popular. Y después, felicitamos al nuevo presidente de los Estados Unidos y esperamos que su gobierno pueda verdaderamente dar frutos. Le garantizamos nuestra oración, para que el Señor lo ilumine y lo sostenga al servicio de su patria. Pero rezamos también para que lo sostenga en el compromiso al servicio del bien común y de la paz en el mundo. Creo que hoy es necesario que todos trabajemos para cambiar la situación mundial, que es una situación de grave laceración, de grave conflicto.
¿Qué espera la Santa Sede en relación con la política exterior de los Estados Unidos?
Lo que se espera es que ese gran país pues ejercer un papel de paz, de capacidad diplomática, de intervención para facilitar soluciones compartidas de los conflictos. Lo que se espera es que los Estados Unidos puedan utilizar todo su peso para construir esos puentes que Papa Francisco nunca se cansa de pedir, y, con la ayuda de las Naciones Unidas y Europa, puedan ser decisivos para resolver las crisis que afligen el Medio Oriente. Pensemos, por ejemplo, en el drama de Siria: la Santa Sede continúa insistiendo en que se debe encontrar una vía de negociación para aliviar los indecibles sufrimientos de la población. Hay millones de personas que son víctimas de violencia insensata. Las crisis, y hemos tenido desgraciadamente muchas confirmaciones, no se resuelven con las guerras, sino con valientes elecciones de paz. Esperamos que nunca falte, en las relaciones internacionales, la cultura del diálogo, del encuentro, de la negociación.
Hace algunos meses surgieron algunas polémicas por las palabras del Papa sobre los migrantes al final de su viaje apostólico a México. ¿Qué sucederá?
Veremos como se moverá el nuevo presidente. Normalmente dicen: una cosa es ser candidato y otra es ser presidente, tener una responsabilidad tan importante… Y me parece que en este sentido, incluso según lo que he podido escuchar en sus primeras palabras, Trump ya subrayó que quiere ser el presidente de todos los estadounidenses, el líder del país entero. Y luego, sobre temas específicos, veremos cuáles son las decisiones de la nueva administración, y con base en ellas se podrá dar valoraciones. Por ello me parece absolutamente prematuro formular juicios.
¿Qué es lo que más le preocupa del mundo en la actualidad?
Los millones de niños obligados a dejar sus casas, los miles de menores no acompañados que se convierten en víctimas de abusos y explotación. El destino de las poblaciones inermes que son víctimas de las guerras. Se necesitan esfuerzos políticos y multilaterales para arrancar las causas profundas de los grandes movimientos y de los flujos forzados de las poblaciones, que son los conflictos y la violencia, las violaciones de los derechos humanos, la degradación ambiental, la extrema pobreza, el comercio y el tráfico de armas, la corrupción y oscuros planes comerciales y financieros.
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