El Papa: para eliminar el hambre en el mundo no bastan eslóganes

El Papa: para eliminar el hambre en el mundo no bastan eslóganes

Francisco inauguró el Consejo de los Gobernadores del Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Argícola en Roma (FIDA) y se reunió con una delegación de poblaciones indígenas

«El hambre no tiene presente ni futuro. Solo pasado»: una frase que no debería sólo ser «eslogan, sino una verdad». Lo dijo el Papa al inaugurar el Consejo de los Gobernadores del FIDA en el encuentro que se llevó a cabo en la sede de la agencia de las Naciones Unidas para la comida y la agricultura (FAO). Francisco, que ha convocado a un Sínodo sobre la Amazonia que se llevará a cabo durante el mes de octubre en el Vaticano, también se reunió con una delegación de poblaciones indígenas de África, Asia, América y del Pacífico.

 

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«Mi presencia [en esta reunión] tiene como fin traer a esta sede los anhelos y necesidades de una multitud de hermanos nuestros que sufren en el mundo», dijo en español el Pontífice de la encíclica “Laudato si’”. «Me gustaría que pudiéramos mirar sus rostros sin sonrojarnos, porque finalmente su clamor ha sido escuchado y sus preocupaciones atendidas», prosiguió el Papa, recordando sus «precarias» condiciones de vida: «el aire está viciado, los recursos naturales esquilmados, los ríos contaminados, los suelos acidificados; no tienen agua suficiente para ellos mismos ni para sus cultivos; sus infraestructuras sanitarias son muy deficientes, sus viviendas escasas y defectuosas», afirmó.

Francisco elogió y animó el compromiso coral de la «comunidad internacional, de la sociedad civil y de cuantos poseen recursos», porque «las responsabilidades no se evaden, pasándolas de unos a otros, sino que se van asumiendo para ofrecer soluciones concretas y reales». También exhortó a los participantes a que se comprometan para que la difícil frase «El hambre no tiene presente ni futuro. Sólo pasado» sea «no un eslogan, sino una verdad».

 

La clave para acabar con el hambre, por tanto, es promover el «desarrollo rural», y para ello es necesario garantizar «que cada persona y cada comunidad pueda desplegar sus propias capacidades de un modo pleno, viviendo así una vida humana digna de tal nombre»; pero no aplicando un sistema de órdenes que se ejecuten de arriba hacia abajo; «sino trabajando con ellos y para ellos», para que los pueblos y las comunidades «sean responsables de la propia producción y del propio progreso», puesto que «un pueblo que recibe una ayuda que genera dependencia no puede desarrollarse». El Papa elogió el mayor descentramiento que ha adoptado en los últimos tiempos el FIDA («la promoción de la cooperación sur-sur, la diversificación de fuentes de financiamiento y las modalidades de acción, promoviendo acciones basadas en la evidencia de que, al mismo tiempo, generen conciencia») y animó a «seguir por este camino, que siempre debería llevar a mejorar las condiciones de vida de las personas más necesitadas».

En la sede de la FAO de Roma, el Papa se encontró con un grupo de representantes de diferentes poblaciones indígenas. Francisco saludó uno a uno a los 38 delegados de 31 diferentes pueblos de América, África, Asia y de la zona del Pacífico, según explicó el director “ad interim” de la Sala de Prensa vaticana, Alessandro Gisotti, y algunos le regalaron estolas artesanales. El Foro Internacional de los Pueblos Indígenas del FIDA, creado en 2011, es una plataforma de diálogo permanente entre los representantes de los pueblos indígenas, el fondo de la ONU y los gobiernos internacionales. Este año, el Foro se concentra en la promoción del uso de los conocimientos de las poblaciones indígenas para permitir desarrollar resilencia en relación con el clima y facilitar un desarrollo sostenible.

 

El Papa, que llegó a las 9 de la mañana a la FAO, volvió al Vaticano al finalizar la mañana, después de haberse reunido también con los empleados del FIDA, a quienes agradeció por su trabajo «contracorriente» con respecto al hambre y a la miseria extendidas por el mundo. Antes de tomar la palabra, Francisco escuchó los discursos del presidente del Fondo, el togolés Gilbert Houngbo, del director general de la FAO, el brasileño José Graziano da Silva, y del presidente del Conejo italiano, Giuseppe Conte, quien agradeció al Papa por su «cercanía a las agencias romanas de las Naciones Unidas» y por su compromiso para combatir el hambre en el mundo; lo hizo retomando en su discurso la receta de las tres “t” que a menudo expone el mismo Papa (Tierra, Trabajo y Techo). El Papa Francisco también escuchó la ejecución de la violinista Midori, «mensajera de paz» para la organización de la ONU. El Papa dejó como regalo una escultura de la artista argentina Norma D’Ippolito, titulada “Ecce Homo”, que representa las manos atadas de un hombre.

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