Francisco arribó al país centroamericano para presidir hasta el domingo la Jornada Mundial de la Juventud. En el avión que lo trajo de Roma expresó su rechazo a la iniciativa del presidente de EE.UU. El pontífice no habló de la situación venezolana.
Francisco todavía no había llegado a Panamá, apenas llevaba media hora de vuelo, pero volvía a mostrar su preocupación por la crisis migratoria que sufre Centroamérica y, en particular, cargó contra la decisión del presidente de los Estados Unidos de extender el muro fronterizo con México, al considerar que la iniciativa apela “al miedo que nos vuelve locos a todos”. Es que se descuenta que la salida de países de la región de personas que huyen de la pobreza y la violencia, y que en los últimos meses vienen haciéndolo en caravana, signará su visita de cinco días, que tiene como fin presidir una nueva edición de la católica Jornada Mundial de la Juventud.
Sin embargo, el agravamiento de la crisis en Venezuela, donde ayer recrudecieron las protestas opositoras y el titular de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, se proclamó como “presidente interino” del país, hará inevitable que el pontífice se refiera a esa situación, de la que ayer no habló.
La Iglesia venezolana, muy crítica del régimen, calificó las movilizaciones como “un signo de esperanza”. Pero también la profundización del conflicto en Nicaragua y la radicalización del gobierno que encabeza Daniel Ortega obligarán a Francisco a decir una palabra. Igualmente allí los obispos están muy enfrentados con las autoridades. El Papa tendrá la presión adicional de quienes lo acusan de tener una posición débil ante la situación en ambas naciones.
La alusión al muro la hizo durante el saludo a los periodistas que lo acompañan y ante un comentario de uno de ellos, que le contó que acababa de volver de la región de cubrir una caravana de inmigrantes que viaja a los Estados Unidos y había visto “el muro que llegaba hasta el océano”, lo que le pareció “una locura”. Francisco le recomendó al periodista la lectura de un editorial del diario vaticano L’Osservatore Romano en el que se cita al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien en el primer encuentro del año con los periodistas definió el miedo como “la marca más vendida en el mundo de hoy”. Y precisó: “Produce audiencia, hace ganar votos y genera clicks”.
Francisco aterrizó a las 16.15 (18.15 hora argentina) en el aeropuerto de la capital panameña, donde fue recibido por el presidente Juan Carlos Varela y su esposa. El pontífice fue homenajeado con danzas típicas y, de muy buen ánimo, rompió el protocolo y se acercó a saludar a los fieles que, detrás de una valla, lo vivaban.
Luego abordó un automóvil, pero al llegar a una zona más poblada se subió al Papamóvil y durante siete kilómetros fue saludando a una multitud que se volcó a las calles para recibirlo. Algunas personas estaban desde muy temprano porque querían asegurarse la primera fila. Hasta que llegó a la Nunciatura, donde se hospedará durante su visita.
La capital panameña –de un millón de habitantes en un país con cuatro millones- viene experimentando en los últimos días un cambio en su aspecto signado por gigantografías con la imagen del Papa y banderas panameñas y vaticanas a la vera de las avenidas por donde pasará el pontífice en su estadía hasta el próximo domingo. Además, en la calles se cruzan más de cien mil jóvenes de 156 países inscriptos, muchos con las banderas de sus países y gorros con sus colores. Cánticos en diversos idiomas se confunden entre los grupos completando un clima festivo.
El martes –en la víspera de la llegada del Papa- unas 150 mil personas habían participado de la ceremonia de apertura en el Campo Santa María La Antigua. En esa ocasión, el arzobispo de Panamá, José Ulloa, expresó su anhelo de que la visita papal sea “un bálsamo ante la difícil situación con la que conviven tantos jóvenes”. En particular, aludió a “aquellos que los lanzan a cifrar sus esperanzas en otros países, exponiéndoles al narcotráfico, la trata humana, la delincuencia y tantos otros males”.
En los cinco días que estará en Panamá Francisco tiene previstos tres actos masivos: un Vía Crucis el viernes, una vigilia con reflexiones y expresiones artísticas el sábado y la misa de cierre el domingo. Además, visitará un instituto correccional de menores y un hogar para enfermos de sida. Este jueves se reunirá con el presidente Varela, mantendrá un encuentro con la sociedad civil y sostendrá un coloquio con los obispos centroamericanos. Los mensajes que pronunciará serán diez, entre ellos tres homilías.
Entre las muchas iniciativas culturales y deportivas que rodean la Jornada Mundial de la Juventud sobresale un original parque cibernético llamado “Cristonauta”, donde se puede ver la representación de la expulsión del paraíso de Adán y Eva en tres dimensiones o los milagros de Jesús en vídeo 360°. “En lugar de leer el evangelio, los jóvenes lo van a ver en 3D, 4D y realidad 360. Estos son los nuevos lenguajes y tenemos que hablarlos para poder llegar a los jóvenes”, explicó el subcoordinador del parque, el mexicano Hugo Flores.
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