El Papa Francisco invitó a facilitar el encuentro entre los migrantes y refugiados y la población de acogida para promover la comprensión mutua. El Pontífice lamentó que “cuando hablamos de migrantes y desplazados, nos limitamos con demasiada frecuencia a números” y recordó que “no son números, sino personas. Si las encontramos, podremos conocerlas. Y si conocemos sus historias, lograremos comprender”.
El Papa se expresó así en el Mensaje para la 106ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado que se celebrará el próximo 27 de septiembre con el lema “Como Jesucristo, obligados a huir. Acoger, proteger, promover e integrar a los desplazados internos”.
En el Mensaje, el Santo Padre volvió a pedir, como hizo en el Mensaje Urbi et Orbi del pasado 12 abril, que esta pandemia no deje de lado “tantas otras situaciones de emergencia que llevan consigo el sufrimiento de muchas personas”.
Francisco, señaló que, dado el actual contexto de crisis sanitaria, “decidí dedicar este Mensaje al drama de los desplazados internos, un drama a menudo invisible, que la crisis mundial causada por la pandemia del COVID-19 ha agravado”.
De hecho, “esta crisis, debido a su intensidad, gravedad y extensión geográfica, ha empañado muchas otras emergencias humanitarias que afligen a millones de personas, relegando iniciativas y ayudas internacionales, esenciales y urgentes para salvar vidas, a un segundo plano en las agendas políticas nacionales.
“Casi cada día la televisión y los periódicos dan noticias de refugiados que huyen del hambre, de la guerra, de otros peligros graves, en busca de seguridad y de una vida digna para sí mismos y para sus familias. Jesús está presente en cada uno de ellos”, afirmó
En este sentido, “estamos llamados a reconocer en sus rostros el rostro de Cristo, hambriento, sediento, desnudo, enfermo, forastero y encarcelado”.
El Pontífice volvió a articular su Mensaje en torno a los 4 verbos que, según señaló en varias ocasiones, deben ser el pilar de la respuesta al fenómeno de los migrantes y refugiados en todo el mundo: acoger, proteger, promover e integrar.
A esos cuatro verbos, le sumó, en este Mensaje, otras seis parejas de verbos: “Es necesario conocer para comprender”. “Hay que hacerse prójimo para servir”. “Para reconciliarse se requiere escuchar”. “Para crecer hay que compartir”. “Se necesita involucrar para promover”. “Es indispensable colaborar para construir”.
Subrayó que “los desplazados internos nos ofrecen esta oportunidad de encuentro con el Señor”.
Por medio de ese encuentro, “podremos comprender, por ejemplo, que la precariedad que hemos experimentado con sufrimiento, a causa de la pandemia, es un elemento constante en la vida de los desplazados.
Lamentó que “los miedos y los prejuicios, nos hacen mantener las distancias con otras personas y a menudo nos impiden ‘acercarnos como prójimos’ y servirles con amor. Acercarse al prójimo significa, a menudo, estar dispuestos a correr riesgos, como nos han enseñado tantos médicos y personal sanitario en los últimos meses”.
La pandemia “nos ha recordado que todos estamos en el mismo barco. Darnos cuenta que tenemos las mismas preocupaciones y temores comunes, nos ha demostrado, una vez más, que nadie se salva solo”.
La ayuda al prójimo implica también “promover a las personas a quienes ofrecemos asistencia, tenemos que involucrarlas y hacerlas protagonistas de su propio rescate”.
Por último, hizo un llamado a la cooperación internacional, porque “para preservar la casa común y hacer todo lo posible para que se parezca, cada vez más, al plan original de Dios, debemos comprometernos a garantizar la cooperación internacional, la solidaridad global y el compromiso local, sin dejar fuera a nadie”.
Comentá la nota