El Papa llama a combatir la soledad y reconocer la dignidad de los ancianos

El Papa llama a combatir la soledad y reconocer la dignidad de los ancianos

Francisco hace una invitación a mostrar la ternura y cercanía a los abuelos y a los mayores que hay en las familias. También anima a visitar a los que están "desanimados o que ya no esperan que un futuro distinto sea posible”.

El Papa Francisco llama a combatir la soledad y reconocer la dignidad de los ancianos en el marco de la IV Jornada Mundial de los Abuelos y Mayores, que se llevará a cabo el próximo domingo 28 de julio con el lema: “En la vejez no me abandones”.

En su mensaje para esta ocasión, el pontífice pide, frente a la actitud egoísta que lleva al descarte y a la soledad, "contraponer el corazón abierto y el rostro alegre de quien tiene la valentía de decir: '¡No te abandonaré!', y de emprender un camino diferente".

El Papa quiere subrayar cómo la soledad es, por desgracia, la compañera amarga en la vida de tantos ancianos, víctimas a menudo de la cultura del descarte. En el año de preparación al Jubileo, que el Santo Padre quiso dedicar a la oración, el tema de la Jornada está tomado del Salmo 71, y consiste en la invocación de un anciano que repasa su historia de amistad con Dios.

También con motivo de la IV Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, el Santo Padre concedió la indulgencia plenaria a los fieles que asistan a las misas dedicadas a ese propósito o visiten a las personas mayores que están solas.

El decreto de la Penitenciaría Apostólica indica que la Indulgencia se concede, "bajo las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice) a los abuelos, a los mayores y a todos los fieles que, animados por un verdadero espíritu de penitencia y caridad, participarán en las diversas celebraciones que tendrán lugar en todo el mundo". Además, para subrayar que la visita es una ocasión de reconciliación y de perdón, también será posible obtener la indulgencia visitando a las personas mayores que vivan solas en su barrio o que estén alojadas en centros residenciales.

La Jornada fue instituida por el Papa en el Angelus del 31 de enero de 2021, y se celebra el cuarto domingo de julio, en las cercanías de la fiesta de San Joaquín y Santa Ana, los abuelos de Jesús, que es el 26 de julio.

El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida acompaña y promueve su celebración e invita a vivir la ocasión -en cada diócesis, parroquia y realidad eclesial- con dos gestos significativos: la celebración de una liturgia solemne junto a los abuelos y las personas mayores, y la visita a los ancianos solos de la propia comunidad.

La celebración de la Jornada quiere subrayar la necesidad de que la pastoral de los ancianos y la lucha contra la cultura del descarte adquieran relevancia y se conviertan en una preocupación ordinaria en la vida de toda comunidad eclesial.

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