El Sumo Pontífice asistió a un acto en la prisión de San Joaquín, en Santiago, y ofreció un mensaje de esperanza para las detenidas
En compañía de la mandataria Michelle Bachelet, el papa Francisco visitó este martes por la tarde el Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín, en Santiago de Chile.
Se trató de la primera vez del Sumo Pontífice en una cárcel sólo de mujeres. Allí escuchó el testimonio de una reclusa detenida por narcotráfico y brindó un inspirador discurso para todas las condenadas del mundo a vivir en una prisión.
"Pueden privarlas de la libertad pero no de la dignidad. Nadie puede ser privado de la dignidad. Estar privadas de la libertad no es sinónimo de pérdidas de sueños y esperanzas", afirmó Francisco en un acto en uno de los gimnasios de la cárcel, donde unas 400 mujeres lo escuchaban atentamente.
"No nos dejemos cosificar. Díganse 'No soy un numero, soy fulano de tal, que gesta esperanza'", agregó.
El papa agradeció la oportunidad de visitarlas para estar "más cerca" de tantos hermanos "privados de libertad" a través del país. También saludó a los funcionarios de Gendarmería y a sus familias; aseguró que reza por ellos y que pide para que las autoridades les brinden condiciones de trabajo dignas para que su dignidad "genere dignidad".
En esa línea, Francisco explicó que la dignidad es un derecho y que las reclusas deben exigirlo. "Es muy duro y doloroso. La dignidad no se toca, se cuida, se custodia, se acaricia. De ahí que es necesario luchar contra todo tipo de corsé, de etiqueta que diga que no se puede cambiar, o que no vale la pena, o que todo da lo mismo. Queridas hermanas, ¡no!", remarcó.
Francisco junto a la hermana Nelly, encargada de la pastoral
El Papa también les recordó que la sociedad tiene la responsabilidad y la obligación de reinsertarlas no sólo a ellas, sino que a todos quienes pasen por la cárcel, aseverando que "la reinserción debe ser el sueño de ustedes" y que "una condena sin futuro no es una condena humana, es una tortura".
Para terminar su mensaje, Francisco pidió a la Virgen María que intercediera por ellas.
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