Luego de su viaje por Mongolia, y durante la tradicional audiencia general de cada miércoles, el Sumo Pontífice se encontró con el hijo de Cristina Navajas, desaparecida en 1976, y Julio Santucho. Fue acompañado por parte de su familia y por la monja francesa Genevieve Jeanningros
El regreso a la plaza vaticana del papa Francisco, luego de su visita a Mongolia, estuvo marcado por un hecho especial. Luego de la tradicional audiencia general de los días miércoles, frente a sus fieles, el Sumo Pontífice saludó al nieto recuperado número 133.
El hijo de Cristina Navajas -quien fue desaparecida estando embarazada el 13 de julio de 1976- y de Julio Santucho (ex militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores -PRT- y del Ejército Revolucionario del Pueblo -ERP-), estuvo acompañado en el Vaticano por parte de su familia, como así también por la monja francesa Genevieve Jeanningros, sobrina de Leonié Duquet, la religiosa francesa desaparecida en 1977 junto a Alice Domon.
Además, el nuevo visitante del Papa es nieto de Nélida Navajas, quien falleció en 2012 y fue una de las referentes de Abuelas de Plaza de Mayo. Además es hermano de Miguel “Tano” Santucho, integrante del organismo de DDHH antes citado.
El emotivo encuentro de hoy, entre el nieto 133 y el Santo Padre, tuvo lugar luego de una larga serie de audiencias que el Papa tuvo con Abuelas y Madres de Plaza de Mayo desde el inicio de su pontificado, que ya cumplió una década, como así también los encuentros privados, realizados con antelación, frente a Estela de Carlotto (titular de Abuelas), Taty Almeida (referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora) y la fallecida Hebe de Bonafini, ex presidenta de Madres.
La restitución
El 26 de julio último, el nieto 133 fue citado por la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) para comunicarle que es hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho. “Recién entonces se comenzó a notificar a la enorme familia Santucho dispersa por el país y el mundo. Cristina tenía la voluntad de que buscaran a su hijo mientras que su abuela, Nélida, honró de forma extraordinaria esa voluntad y murió buscando a su hija y a su nieto”, informaron desde Abuelas de Plaza de Mayo, en un comunicado de prensa emitido el 28/7.
La organización de Derechos Humanos expresó -a través de las redes sociales- que “cada restitución reafirma que el pueblo argentino nos acompaña y decide no olvidar”. Vale aclarar que el nieto 133 es, hasta el momento, el único que se encontró en 2023. Los últimos anuncios similares habían tenido lugar en diciembre de 2022, cuando ese mismo mes y con solo días de diferencia se les devolvió la identidad biológica a dos hijos nacidos en cautiverio y de familias víctimas del terrorismo de Estado durante la última dictadura militar.
Fue su hermana, 20 años mayor que él, la que se compadeció y le confesó la verdad. Tiempo después, gracias al trabajo de Abuelas y las organizaciones que luchan por la identidad en Argentina, descubriría que era hijo de Navajas, maestra y estudiante de Sociología en la Universidad Católica Argentina (UCA).
Su hermano, Miguel Santucho -según publicó este medio-, prefirió “no dar mucha información para no interferir con la burocracia que significa una restitución de identidad”. Y se atrevió a contar que reconoció similitudes físicas en su hermano, que tiene dos nuevos sobrinos y que probablemente podrán ir juntos a ver a Boca Juniors, el equipo de sus amores.
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