El Papa Francisco resalta los dones de Dios como fuente de creatividad y dignidad en el trabajo

El Papa Francisco resalta los dones de Dios como fuente de creatividad y dignidad en el trabajo

El Papa Francisco ensalzó la artesanía, así como la creatividad y los trabajos que embellecen el mundo gracias a los dones y talentos que Dios concede a las personas. 

 

Por Almudena Martínez-Bordiú

Lo hizo durante una audiencia con los participantes en la asamblea de la Confederación Nacional de la Artesanía y de la Pequeña y Mediana Empresa, celebrada esta mañana en el Vaticano.

Desde la sala Clementina del Palacio Apostólico, el Santo Padre manifestó su cariño a la artesanía debido a que expresa “claramente el valor del trabajo humano” y es un “elogio a la creatividad”.

Resaltó que el hacer es siempre fruto “de un pensamiento y de un movimiento hacia los demás” y que los artesanos son “colaboradores de la obra creadora de Dios”. Por ello, añadió, “necesitamos de su talento para devolver sentido a la actividad humana y para ponerla al servicio de proyectos que promuevan el bien común”.

Haciendo alusión a la parábola de los talentos, el Papa Francisco aseguró que “no importa la cantidad, sino el esfuerzo por hacer rendir los dones recibidos” de Dios. 

Para el Pontífice, esta parábola es una invitación “a una sana y positiva ‘complicidad’ con Dios, quien nos hace partícipes de sus bienes y cuenta con nosotros, con nuestra responsabilidad”. 

“Si queremos crecer en la vida, es necesario abandonar el miedo y tener confianza. A veces, especialmente cuando las dificultades aumentan, estamos tentados a pensar que el Señor es más un árbitro o un supervisor implacable que aquel que nos anima a tomar las riendas de nuestra vida”, señaló a continuación. 

Sin embargo, recordó que el Evangelio “siempre nos llama a mirar con fe; a no pensar que lo que logramos es solo fruto de nuestras capacidades o méritos. Es también resultado de nuestra historia personal y de tantas personas que nos enseñaron a avanzar en la vida, comenzando por los padres”. 

Por lo tanto, precisó que el trabajo realizado es “fruto de una historia que nos hizo capaces” de hacerlo. “También ustedes, si se apasionan por su trabajo –y si a veces, con razón, se quejan porque no es suficientemente valorado–, es porque son conscientes del valor de lo que Dios ha puesto en sus manos, no solo para ustedes, sino para todos”.

En esta línea, remarcó que “todos necesitamos dejar de lado el miedo que paraliza y destruye la creatividad”. 

Esto, aseguró, se puede alcanzar con el trabajo diario, “sintiéndonos partícipes de un gran proyecto de Dios, capaz de sorprendernos con sus dones. Detrás de nuestras riquezas no hay solo habilidad, sino también una Providencia que nos toma de la mano y nos guía”.

“El trabajo artesanal puede expresar todo esto, si está acompañado día tras día por la conciencia de que Dios nunca nos abandona, de que somos obras maestras de sus manos, y por ello somos capaces de realizar obras originales”, expresó el Pontífice.

El Santo Padre elogió así el trabajo artesanal porque “embellece el mundo”, algo necesario en un tiempo marcado por las guerras y la violencia. “Embellecer el mundo es construir la paz”, afirmó.

A modo de conclusión, recordó que Dios “distribuye generosamente sus talentos, para que se pongan al servicio de la vida y no se entierren en la esterilidad de la muerte y la destrucción, como ocurre con las guerras fomentadas por el enemigo de Dios”.

Por último, pidió que “San José artesano” inspire siempre a los artesanos  a vivir su labor “con creatividad y pasión”.

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