Por Almudena Martínez-Bordiú

 

Para el Santo Padre, este acontecimiento impulsado por la Pontificia Academia para la Vida centrado en la Inteligencia Artificial y en la paz, es de “extraordinaria importancia”.

En su mensaje, difundido este 10 de julio por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, recordó parte del discurso que dirigió a los miembros del G7:  “Debemos garantizar y proteger un espacio de control humano significativo sobre el proceso de elección de los programas de inteligencia artificial, la propia dignidad humana depende de ello”. 

El Pontífice instó a los reunidos en Hiroshima a mostrar al mundo “que unidos pedimos un compromiso proactivo para proteger la dignidad humana en esta nueva temporada del uso de máquinas”.

“En medio de los actuales conflictos que sacuden el mundo, cada vez más, por desgracia, además del odio a la guerra, oímos hablar de esta tecnología”, precisó el Pontífice. 

Por ello, remarcó la urgencia de prohibir el uso de las llamadas armas autónomas letales: “Ninguna máquina debería optar jamás por acabar con la vida de un ser humano”, aseveró. 

Asimismo, señaló que “también en la gobernanza de la Inteligencia Artificial, la riqueza cultural de los pueblos y las religiones es una clave estratégica para el éxito de vuestro compromiso con la sabia gestión de la innovación tecnológica”. 

“Al tiempo que deseo que esta reunión dé frutos de fraternidad y colaboración, rezo para que cada uno de nosotros se convierta en instrumento de paz para el mundo”, concluyó el Papa Francisco. 

Los líderes religiosos firmarán este 10 de julio el Llamamiento de Roma por la ética de la IA después de visitar diversos monumentos en honor a las víctimas de la bomba atómica.