Este domingo, antes del rezo del Ángelus, el Papa Francisco reflexionó sobre la primera de las bienaventuranzas y dijo que los pobres de espíritu son las personas que no son autosuficientes, sino que “viven como ‘mendicantes de Dios’”.
Por Eduardo Berdejo
Antes los cerca de 25 mil fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Pontífice destacó que “en la Liturgia de hoy se proclaman las bienaventuranzas según el Evangelio de Mateo. La primera y fundamental es: ‘Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos’”.
“¿Quiénes son los ‘pobres de espíritu’? Son aquellos que saben que no se bastan consigo mismos, que no son autosuficientes, y viven como ‘mendicantes de Dios’”, dijo el Santo Padre.
El Papa Francisco explicó que estas personas se sienten necesitadas de Dios “y reconocen que el bien viene de Él, como don, como gracia. Quien es pobre de espíritu atesora lo que recibe; por eso desea que ningún don se desperdicie”.
El Santo Padre dijo que el no desperdiciar es un “aspecto típico de los pobres de espíritu”.
“Jesús nos muestra la importancia de no desperdiciar, por ejemplo, después de la multiplicación de los panes y de los peces, cuando pide que se recoja la comida que ha sobrado para que nada se pierda”, recordó.
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